La ruta solidaria de 220 kilómetros por la ELA pasa por Córdoba en su tercera jornada
La ruta solidaria 220 kilómetros por la ELA ha llegado a Puente Genil, en la provincia de Córdoba, para cumplir su tercera jornada de camino coincidiendo con el Día Mundial contra la ELA. El deportista jiennense Miguel Ángel Palomino comenzó este reto deportivo el pasado Miércoles partiendo desde Sevilla y finalizará mañana en Torredonjimeno (Jaén) donde tendrá lugar la jornada sobre la ELA que ha organizado el Ayuntamiento de la localidad.
Se trata de una nueva prueba del Proyecto Quixocan, una iniciativa solidaria del propio Palomino, que intenta con estas rutas poner el acento sobre enfermedades de las consideradas “raras”, darlas a conocer y buscar todos los apoyos sociales necesarios que respalden proyectos de investigación para encontrar tratamientos y darles una mayor esperanza y calidad de vida a los afectados.
La intención del joven deportista es dar visibilidad en este caso a la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). «Me impulsan la ganas de ayudar a todas las personas que padecen enfermedades minoritarias, a las que nadie hace caso. Que no tienen tanto apoyo ni ayuda», manifestó Palomino a su salida, quien también se siente motivado por la amistad que tiene con una persona afectada de ELA con la que se reunirá en el punto final de su ruta.
La ruta se completa en cuatro etapas: Sevilla-Marchena; Marchena-Puente Genil; Puente Genil-Alcaudete; y Alcaudete-Torredonjimeno, que discurren por caminos alejados del tráfico. En el caso de la provincia de Córdoba, Palomino ha recorrido la Vía de la Subbética, pasando por la conexión de Puente Genil con la vía verde. «Parece que el día va a ser caluroso pero tengo más ganas todavía que cuando empecé», ha expresado el joven en un vídeo que ha compartido a primera hora de esta mañana.
En su partida, desde el Palacio de San Telmo, estuvo presente el consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, quien subrayó que iniciativas como la de Miguel Ángel Palomino son «muy importantes» para visibilizar la ELA. «Como médico he tenido pacientes y sé lo que se sufre y cómo es la evolución de la enfermedad. Hay que apostar por la investigación y por un tratamiento muy especial de los pacientes en los hospitales y en los propios domicilios».