El suicidio es la causa de muerte no natural con más fallecidos, por encima de las guerras o los accidentes de tráfico y está al alcance de todos prevenirlo, es el mensaje que ha querido transmitir el Teléfono de la Esperanza en sus jornadas del Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Bajo el lema «Yo también soy vulnerable», la entidad quiere movilizar y sensibilizar a la población hacia el carácter universal del sufrimiento humano.

La entidad, que atiende las llamadas de personas que buscan un consuelo o desahogarse de sus problemas, pone el foco en la necesidad de un plan nacional para la prevención del suicidio en el que participen desde las familias y educadores, pasando por las administraciones públicas y los medios de comunicación.

La delegada del Teléfono de la Esperanza en Córdoba ha manifestado que «están aumentando los suicidios en adolescentes y jóvenes y debería haber un conocimiento general por parte de todos los ámbitos de la sociedad para que todos podamos detectar qué personas tienen riesgo de caer en el suicidio».

En esta línea se encuentra el lema de este año, como una alerta de que cualquier persona que viva los factores de riesgo como la depresión o crisis de sentido, puede ser susceptible de tener deseos de acabar con su vida. «Creemos que, cuando hablamos de prevención del suicidio, es necesario tener en cuenta que todos los seres humanos somos vulnerables, sensibles al sufrimiento psicológico», apunta la asociación.

Con mesas informativas, la entidad ha estado presente en el Bulevar Gran Capitán para concienciar de esta realidad a menudo silenciada. A la inauguración de la jornada ha asistido la teniente de alcalde delegada de Servicios Sociales e Igualdad en el Ayuntamiento de Córdoba, Eva Timoteo, que ha asegurado que el Ayuntamiento «siempre estará a disposición" de dicha entidad, respaldando su labor de atención y apoyo a personas que atraviesan momentos difíciles».

Timoteo también ha animado a la colaboración de «todos los sectores implicados para establecer protocolos» que permitan prevenir el suicidio ante «el dato escalofriante de que diez personas se suicidan al día en nuestro país», habiéndose dado «un aumento del suicidio entre adolescentes y jóvenes». A su juicio, se trata de una cuestión que «hay que abordar con seriedad» y ha señalado el daño que puede provocar el acoso escolar en niños y adolescentes.

Por ello, Timoteo ha subrayado la necesidad de que «los niños deben entender que hay que aprender a divertirse con los demás, pero no a costa de los demás», en referencia a los casos de acoso que existen y ante los que la prevención es la mejor solución, con la implicación de «padres, profesores, educadores y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado», porque, según ha insistido, «toda prevención es poca».

Por la tarde, el Teléfono de la Esperanza ha organizado una conferencia en el salón de actos del IES Luis de Góngora acerca de la evolución clínica y social de la conducta suicida y parasuicida, a cargo del psicólogo clínico Jesús Lázaro García, que es también voluntario y orientador de la asociación en Córdoba.

La literatura científica especializada en la materia del suicidio, habla de vulnerabilidad relacionándola, entre otras circunstancias, con determinadas enfermedades mentales. Sin embargo, los datos estadísticos que maneja la entidad en adolescentes y jóvenes indican que, en
la mayoría de los casos, dentro de esta población, el deseo de morir surge como respuesta a
una crisis vital, sin que haya un trastorno identificado de base. Dentro de la población en
general, muchas personas pierden las ganas y el sentido de la vida cuando deben enfrentarse a
una situación de dolor emocional intenso.

Se trata de una circunstancia que hay que abordar desde el punto de vista de los profesionales sanitarios y también del conjunto de la sociedad, señalan desde el Teléfono de la Esperanza.