PROYECTO «VIAJE HACIA LA VIDA»

«Mohamed, a sus 18 meses, nos ha enseñado que el amor es infinito»

La familia de acogida del pequeño le ha ayudado a recibir la asistencia médica especializada que necesitaba y le despide en una tarde muy emotiva

Han sido apenas cuatro meses de convivencia pero saben que no se olvidarán jamás. Carmen Mª Bocero y Alfonso Paredes han acogido en su hogar al pequeño Mohamed, que llegó desde Mauritaina con 15 meses para recibir asistencia médica especializada. La cardiopatía congénita que padecía no podía ser tratada en su país y en Córdoba ha encontrado la cura de la medicina y el calor de esta familia.

Es inevitable que Carmen se emocione cuando recuerda la llegada de Mohamed a la vez que oye las llamadas del aeropuerto: el vuelo va a salir y el pequeño se marcha con un voluntario de Aviación Sin Fronteras. «Mohamed, a sus 18 meses, nos ha enseñado que el amor es infinito», resume Bocero, que no es la primera vez que acoge a un menor dentro del programa «Viaje hacia la vida», de Tierra de Hombres.

Con este proyecto sanitario, que la institución lleva a cabo desde hace más de 20 años, garantizan el derecho a la salud de niños y niñas africanos gravemente enfermos fomentando una cadena de solidaridad que va desde las familias que los acogen hasta el equipo médico de los centros.

Mohamed ha sido intervenido en el Hospital Universitario Reina Sofía y tras su recuperación vuela a Mauritania, regresa con su familia. Pero deja en Posadas, la localidad cordobesa donde viven Carmen y Alfonso, un vacío. No volverá, o al menos no se contempla en el programa, con el que únicamente se viaja como último recurso y ante la imposibilidad de curación en el país de origen. «Saben que no se van a volver a ver y aunque ha sido un tiempo corto, también ha sido intenso», explica la delegada de Tierra de Hombres en Andalucía, Montse Hernán.

Han vivido el primer encuentro, «el cariño sincero de un bebé», dice Carmen, y han pasado por la enfermedad y hospitalización. Todo esto les ha llenado e invita a la familia a seguir colaborando. «Creemos que el mundo se puede cambiar con pequeños gestos, y esta es nuestra forma de contribuir», comenta Carmen como reflexión que les llevó a abrir las puertas de su casa a estos menores necesitados.

Son ya 38 los niños y niñas que han sido trasladados e intervenidos desde que el programa se puso en marcha en la ciudad en 2010 y que, gracias a esta cadena de solidaridad, pueden afrontar su futuro con la esperanza de una vida con salud y dignidad. el programa cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Córdoba, que a través de su Delegación de Cooperación y Solidaridad viene respaldando la ejecución del proyecto mediante convenio de colaboración desde 2012.

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