EL NORTE DEL SUR
El árbol
En las cancelas de Colón no han quitado las lazadas del precinto. Por si acaso
El Ayuntamiento de Córdoba evaluará 40.000 árboles para detectar los daños de la borrasca Bernard

En el sencillo jardín central de los bloques de pisos en los que vivo se vino abajo de cuajo hace un par de semanas un pino bien alto y recio hasta ese momento, el de más tamaño de cuantos hay, o había, en la ... comunidad de vecinos. Hasta lo que parece inamovible y muy firme puede tener una raíces frágiles.
La tarde bien avanzada y prematuramente oscura en la que el árbol quedó vencido por las fuertes rachas de viento era de domingo, y el frío sorpresivo de un octubre hasta entonces de manga corta y el aire brusco y antipático, amenazante, hicieron por fortuna que en la zona comunitaria no hubiera a esa hora ningún niño jugando o pedaleando en triciclo, ni que en la caída brusca ninguna rama diera en los ventanales de las habitaciones orientadas a ese pasaje interior.
A las viviendas llegó un golpe seco y confuso en mitad de la tormenta furiosa pero apenas nadie se dio cuenta de lo que sucedía hasta pasadas unas horas o bien hasta el día siguiente: allí estaba el tronco de al menos quince metros de largo y bien ancho de diámetro, robusto, de lado a lado de la servidumbre de paso hacia las cocheras, con sus raíces al aire, arrancadas desde las profundidades de la tierra. Hasta hace unos días han estado a la vista de cualquier vecino los trozos talados en medio del jardín mientras los operarios cumplían con su trabajo de reparación. Ahora hay un hueco terrizo en medio de yerba que parece la huella que ha dejado una bomba. No pasó nada de importancia, todo se quedó en un susto, y tal vez en un aviso de que no estará de más revisar el resto de los ejemplares del espacio privado al aire libre. Por si acaso.
Pero Bernard sí que dejó en Córdoba el sello de la tragedia: un hombre perdió la vida en la calle Motril al golpearse con unas placas metálicas. A la mente viene, claro, la chica de 23 años que en la semana que acaba de terminar ha muerto en Madrid al caerle encima un árbol cuando cruzaba un paso de cebra en compañía de sus padres. Aquí, el Ayuntamiento ha anunciado que va a hacerle una especie de ITV a nada más y nada menos que a cuarenta mil ejemplares para evitar desgracias en el futuro. Camino a diario por el Campo de la Merced y en las aceras que dejan libres los soportales no sabe uno ya cuántos troncos talados hay. Y en las cancelas de Colón no han quitado las lazadas del precinto. Por lo que pueda pasar.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete