La vanguardia del arte figurativo más contemporáneo toma en Córdoba la sala Vimcorsa

Al cabo de más de un siglo, el arte ha cambiado tanto que las palabras revolución y subversión sirven para hablar de una exposición de creación figurativa.

Se inauguró este jueves en la sala Vimcorsa y es un extracto de una colección que llega desde un proyecto que muchos llamaron revolucionario: el Museo Europeo de Arte Moderno ( MEAM ), con sede en Barcelona.

Como apuntó el comisario de la exposición, el periodista y colaborador de ABC Félix Ruiz Cardador , en ella los autores de arte figurativo, «tantas veces desdeñado», encontraron «un gran escaparate y un espacio de libertad creadora».

El museo nació en el año 2011 por impulso de José Manuel Infiesta (fallecido el pasado 8 de octubre, mientras participaba en los preparativos de la exposición) y por allí han pasado grandes maestros españoles, como Antonio López y Eduardo Naranjo , y autores internacionales, como Shane Wolff y Jeremy Mann.

Su creador definía el MEAM como «un nuevo templo de una nueva religión», que profesan aquellos que «en pleno siglo XXI aún creen en un arte que ya no se conforma con la experimentación convertida en un fin , ni con el permanente ensayo de formas, ni con el culto al ruido por el ruido». De la mano del MEAM está la Fundación de las Artes y los Artistas, que se basa en el apoyo de los propios autores que participan en la iniciativa.

La exposición en la sala Vimcorsa se titula ‘El renacer de la figuración’ y con ella el museo barcelonés y la Fundación de las Artes y los Artistas quieren acercar sus obras y la filosofía que está detrás de ellas. La muestra hace un extracto de los fondos del museo, con más de 1.500 obras , y recoge que «la figuración no es algo del pasado, como algunos sostiene, sino un medio de e xpresión artística vigente para reflexionar sobre los problemas» también de este tiempo. El centro ha mantenido además colaboraciones con museos de este tipo en todo el mundo.

El propio José Manuel Infiesta tuvo tiempo para preparar, antes de su fallecimiento, uno de los artículos que sirven como introducción al catálogo , y en el que resume la filosofía del MEAM: «La finalidad no era reincidir y perpetuar mensajes. La actitud era eminentemente activa y rupturista . No había pasividad alguna, sino acción».

La exposición tiene obras que pueden agruparse mediante distintos hilos . Por un lado están los desnudos , uno de los temas clásicos del arte de todos los tiempos, representados de una forma lírica y en ocasiones simbólica. Esto último es lo que hace Manuel Hurtado Mateos con ‘No te equivoques, una rosa es una rosa». Antonio Cazorla y Richard Harper también hacen aproximaciones al tema con una forma muy realista. Guennadi Ulibin opta por situarlo en un contexto de surrealismo y simbolismo, algo parecido a la técnica mixta de Juan Bautista Nieto con ‘El beso’.

La vida cotidiana está presente en varios lienzos. Ismael Fuentes opta por un retrato a lo contemporáneo titulado ‘Cirila. Mi abuela’, en que la protagonista está en la cocina, mientras Fausto Martín hace un dibujo de tono muy hiperrealista en que una mujer está en la sobremesa. Svetlana Tartakovska muestra a una mujer enferma, mientras que Ignacio Estudillo opta por plasmar a su abuela con veladuras. Hay muchos retratos o representaciones humanas en la cotidianidad de lo diario , sea en las casas o en gente que pasea por los parques, como sucede en las propuestas de Jan Mikulka .

Hay en la exposición obra de cinco cordobeses . José Luis Muñoz muestra ‘Acto I. El abrazo de Elsa y Lohengrin’, una visión futurista de la escena de la ópera de Wagner. También hay una escultura de José Manuel Belmonte , perteneciente a la serie ‘Miradas en la noche’, y titulada ‘Manolo’. El autor cordobés muestra una obra a un hombre con una camisa de fuerza. Manuel Castillero muestra ‘The day wich silence reigned in Congress’, que a pesar de su título en inglés muestra el hemiciclo de la Cámara Baja española abandonado e invadido por la vegetación de aquello que no se ha habitado en muchos años. Virginia Bersabé opta por una figura humana sin rostro y Josefa Medina hace lo contrario: un primer plano muy expresivo de una anciana, bajo el título de ‘Irene y su carácter’.

En muchas otras ocasiones, los autores optan por un lenguaje simbólico o de mirada al arte de otras épocas. Jordi Díaz homenajea a Velázquez con una interpretación contemporánea de un retrato ecuestre de Felipe IV. Itsvan Sandorfi deforma la figura humana hasta los límites de lo comprensible.

La obra de Eloy Morales ‘La pintura en mi cabeza’ es la que la organización de esta cita ha escogido como cartel para atraer al público a la muestra y en ella el título es imprescindible, porque muestra a un joven con la cara totalmente pintada de azul . Puede recordar al hincha de un equipo de fútbol, pero más bien es el material con que se trabaja en los cuadros.

Otras piezas optan por recrear escenas de la figuración clásica, aunque con un sentido nuevo. Juan Manuel Cossío propone ‘El entierro de la verdad’, en que tres personas cargan el cadáver de una mujer , aunque la obra remite a un entierro de Cristo. ‘Tarde quebrada’, de Soledad Fernández, muestra a un hombre desnudo con la cabeza exánime sobre el regazo de la mujer de una forma en la que no es ajena una composición tan clásica como la Piedad.

Son propuestas de arte figurativo, pero sus autores demuestran estar al tanto de la importancia de las tecnologías en el mundo de hoy. Lo hace María José Cortés Antequera con ‘Generación @’, una obra que muestra una conversación por videollamada . Es de 2015, pero se hace ahora más actual por ser la forma en que muchas personas mantuvieron contacto en las peores semanas del confinamiento. Primeros planos y paisajes urbanos , como una ‘Gran Vía del silencio’ de Pedro del Toro muestran los caminos que la vanguardia artística del siglo XXI puede tomar en el arte figurativo.