La Catedral de Granada roza su quinto centenario: 500 años de la primera piedra de la joya del Renacimiento español
La ciudad celebrará en 2023 la efeméride del inicio de la construcción de la considerada como la primera catedral renacentista en España y uno de los emblemas históricos de la ciudad

En pleno centro de la ciudad, casi como una sorpresa en el paseo por su casco histórico, la Catedral de Granada sigue haciendo levantar la mirada al cielo a cualquiera que la visite por primera vez. Es así desde hace más de tres ... siglos, en 1704, aunque su primera piedra se pusiera, eso sí, casi otros dos siglos antes, por mandato de los propios Reyes Católicos , en 1523, constituyendo una de las construcciones más longevas de la capital granadina.
Con la efemérides del quinto centenario de aquel acto simbólico rondando el calendario, el Ayuntamiento de Granada dio este viernes una declaración institucional por unanimidad de todos los grupos políticos, caso extraño en los últimos tiempos del consistorio, en la que se comprometían a celebrar la fecha como se merece.
Todo parece poco para conmemorar un momento crucial en la historia de la ciudad: el inicio de la que finalmente se convertiría en uno de los estandartes del Renacimiento español , la primera iglesia que se construyera de este estilo en territorio peninsular y que evocaría a otras de su misma condición, como la de Málaga o Cádiz, pero que, con la historia en la mano, sería para siempre única en su especie.

Símbolo de la Granada cristiana y parte esencial de la conocida como la «gran manzana de oro», que compone junto a la Capilla Real y el Sagrario, cuando hablamos de la Catedral hablamos de un momento histórico concreto, definitorio en tierras granadinas. De la aspiración del emperador Carlos V de convertir a la conquistada antigua ciudad nazarí en un emblema del proyecto monárquico católico.
Su historia, sin embargo, es larga, lejana a veces de aquellos planteamientos iniciales que dotaban a Granada de unos adjetivos que finalmente se llevó El Escorial , pero que resultó en una mescolanza de épocas, estilos, y que aún a día de hoy, traspasan cualquier intención política.
En un primer momento, cuando los Reyes Católicos mandaron construir la nueva Catedral sobre la antigua Mezquita Mayor , en 1506, después de abandonar la idea de ocupar la Mezquita Real de la Alhambra y acceder a una edificación de nueva planta, el modelo era la Catedral de Toledo , gótica.
Y así se tenía pensado cuando se colocó la primera piedra bajo la dirección del maestro arquitecto Enrique Egas. Cuando terminó, 180 años después de aquello, la planta era renacentista y la fachada, barroca.
De Granada a El Escorial

El porqué de los cambios tiene que ver con el mero paso del tiempo, pero, sobre todo, con la estancia fundamental del propio Carlos V en Granada en 1526, tres años más tarde del comienzo de las obras.
En aquellos escasos cinco meses en los que el emperador pisó Granada se dio base, de hecho, a algunos de los elementos más significativos del paisaje urbanístico y social de la capital granadina. La Universidad de Granada, sin ir más lejos, surgió a instancia de aquello.
Cuentan los historiadores, en lo que respecta a la Catedral, que en la visita del emperador a la Capilla Real, donde ya se encontraban sepultados Isabel y Fernando, le pareció un lugar «estrecho y oscuro» e impropio para unos reyes de la talla de sus abuelos maternos. De ahí que pensara en habilitar la capilla mayor de la futura Catedral granadina como panteón imperial para el linaje de los Austrias.
El resultado no fue otro que la destitución por parte del arzobispo de Egas y la llegada de Diego de Siloé , a la postre una de las 'águilas' del renacimiento español, como arquitecto al frente. Encargado también del Monasterio de San Jerónimo, los 35 años en los que dedicó su vida a la Catedral fueron el verdadero corazón de lo que ahora conocemos.
De Egas, sólo se aprovecharían los cimientos góticos y las medidas, pero en adelante verían cargar sobre ellos la mayor catedral renacentista de España. El viraje a lo romano de Siloé cambió por completo el proyecto.
Todos los esfuerzos hasta su muerte se concentraron en la cabecera, dejando definidas las líneas maestras de su obra : cambió totalmente la disposición ceremonial de la capilla mayor, hizo los nichos para las tumbas imperiales y volvió a diseñar en ese estilo romano las trazas de la citada cabecera y del cuerpo basilical.
Su muerte, en 1563 , ya con Felipe II en la corona, se toma de hecho como el parón que posibilita que Granada pierda el estatus de lugar de referencia para el cristianismo español y pasara a ser El Escorial. Ese mismo año se iniciaron las obras. Y solo cinco años después, a causa de las guerras con los moriscos , se suspendían las de la Catedral.

La construcción llevaría un par de siglos todavía, con la obra de Alonso Cano, genio del Barroco español , como autor de quizás lo más visible por motivos obvios para el turista actual: su fachada.
En el tintero quedarían algunas ideas que podrían incluso haber llevado a la Catedral a ser aún más majestuosa, como la creación de las dos grandes torres de 81 metros de altura previstas en los planos de Siloé y que la muerte de Cano imposibilitó cien años más tarde. Por medio, todo: la construcción, en definitiva, de uno de los grandes hitos de la arquitectura y el patrimonio español.
Terminada, aunque con una sola torre, la Catedral significa sin embargo la demostración de una Granada imponente , en un destino muy distinto al que le tocó durante los siglos posteriores a aquella primera piedra que se conmemorará en 2023.
Horizonte 2031

Será a lo largo de esta década en el siglo XXI donde, además de esta primera efeméride, se celebrarán otras relativas a aquella venida de Carlos V a la ciudad que conquistaran sus abuelos y que significó un a antes y un después en la historia peninsular y europea.
El año 2026 queda como punto de llegada tras las actividades y programación que finalmente se elijan en torno a la Catedral, y solo un lustro más tarde, llegará el turno de otra iniciativa del emperador, con el quinto centenario de la Universidad de Granada en 2031.
Una de las principales razones para reseñar por todo lo alto estas fechas, de hecho, tendrá que ver con la posible candidatura de Granada a la capitalidad cultural europea en 2031, que, aunque rezagada en lo político, sigue teniendo en su historia y su patrimonio heredado su mejor baza.
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