El cementerio «redondo» de Sayalonga: el camposanto masónico que en realidad tiene planta octogonal

Se lo conoce como el Cementerio «Redondo» de Sayalonga . Y aunque a ojos de la mayoría de sus visitantes es la forma que parece presentar, no es exactamente circular ya que tiene una planta octogonal que lo hace aún más excepcional.

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo y qué motivos tuvieron sus constructores para erigirlo así. Los archivos que podían aportar cualquier explicación a este respecto desaparecieron en un colosal incendio que acabó con el Ayuntamiento de la localidad en 1936 , llevándose consigo cualquier vestigio capaz de solucionar el misterio. De hecho, no se conoce ni la fecha exacta en que comenzó su construcción.

Aunque conjeturas para explicarlo hay para todos los gustos. Desde quienes ven un aprovechamiento fortuito de terreno libre , simplemente, a los que citan un intento de recrear fuera de los límites de la Iglesia de Santa Catalina el antiguo cementerio recogido en su patio, pasando por los que aportan un halo meramente poético aludiendo a que la intención de sus constructores era que los difuntos, en señal de respeto, no se diesen la espalda unos a otros en su última morada.

Sin embargo, recientemente ha surgido una nueva y plausible hipótesis avalada por evidencias históricas. Y es que todo parece indicar que detrás de su edificación estaba nada más y nada menos que la masonería .

La teoría es obra de Valentín Fernández Camacho , un historiador local que lleva años dedicado al estudio del cementerio y que ha conseguido recopilar e interpretar numerosas pruebas que avalarían la sospecha de que tan emblemático lugar no es más que un símbolo masónico propiamente dicho.

Para empezar, el perímetro octogonal que delimita la edificación es toda una declaración de intenciones. Se trata de una figura geométrica clara que responde, por tanto, a una premeditación del constructor, lo que aparentemente descarta las explicaciones sobre adaptaciones al terreno o fruto de casualidades relativas a su forma.

Si tenemos en cuenta la simbología masónica sabemos que las formas circulares están relacionadas con el cielo , mientras que las cuadradas lo están con la tierra . Así, la figura del octágono equivaldría a una forma de paso o transición entre ambos lugares . También es un símbolo de equilibrio , de obra perfectamente acabada que, aplicado a un cementerio, sería un guiño de quienes así lo erigieron.

Otro dato que apunta en esta dirección es el hecho de que el perímetro del camposanto se levantara antes de haber empezado a utilizar el terreno para el descanso eterno de los cuerpos. Por norma general, en siglos pasados los cementerios surgían al amparo primero de los enterramientos y, cuando el número cuerpos ya era considerable, se levantaban muros y cerramientos para delimitar y proteger a sus moradores. Aquí, sin embargo, ocurre al revés.

Y lo sabemos porque en el libro de Pascal Madoz titulado «Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar» se alude a que, ya e n 1846, el cementerio erigido albergaba tan sólo algunos cuerpos de adultos y niños . Lo cual nos aporta un dato importante: probablemente esa debió ser la fecha aproximada de construcción (pocos cadáveres en un recinto nuevo, ya edificado).

También apunta Valentín Fernández a que un elemento arquitectónico funerario de estas características, en una zona como Sayalonga, apartada de rutas comerciales, con muchísimos menos habitantes que en la actualidad y a mediados del XIX, no podría haberse levantado de manera altruista sin los medios económicos suficientes aportados por esta sociedad secreta, pues no debemos olvidar que en esa época España se encontraba inmersa en una crisis económica despiadada fruto no sólo de la pérdida de colonias, sino también de la reciente Guerra de la Independencia (1808-1814).

Así, el autor de esta teoría apunta directamente a la familia Gordillo , quien durante buena parte de ese siglo mantuvo tanto el poder político como económico en la localidad . Es más, afirma que existen documentos que demuestran la implicación desinteresada de los Gordillo en el desarrollo y mejora de la sociedad local de una manera totalmente filantrópica.

Pero no hay mayor prueba que valide esta teoría que los numerosos símbolos masónicos que se encuentran en el interior del propio recinto. Concretamente en ocho de sus tumbas y pertenecientes a un periodo corto de tiempo localizado entre el final del XIX y principios del XX. En ellas podemos encontrar elementos representados en las sepulturas tales como columnas, que hacen referencia a las columnas del Templo de Salomón y representan a la sabiduría, la fuerza y la belleza; triángulos, que manifiestan aspectos de índole espiritual como el idealismo, el servicio o la fraternidad; pirámides truncadas , que simbolizan la tarea que los masones han de llevar a cabo; y por supuesto, los tres escalones , que evocan el camino a la perfección que ha de seguir todo masón en su vida.

No es el único misterio que esconde Sayalonga relacionado con la masonería. Algo más de medio siglo con presuntos masones al frente del poder político y económico en la localida d dieron para algún que otro enigma más. Para encontrarlos sólo hay que pasear por su centro histórico y abrir bien los ojos y los sentidos. Aunque no lo crean, las pistas de esos arcanos están a la vista de todos.