Afloran facturas de croquetas de Magrudis, la empresa causante de la listeriosis en Andalucía

La incógnita que tratan de despejar las autoridades sanitarias es si la empresa cárnica ubicada en el polígono El Pino de Sevilla, precintada desde el pasado viernes, se limitaba a distribuir estas croquetas procedentes de otro proveedor o también los elaboraba. El gabinete técnico integrado por responsables de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía y miembros del Ayuntamiento hispalense acordó investigar el catálogo de alimentos ocultos que comercializaba esta empresa, donde se hallan también unos flamenquines, según confirmaron a ABC fuentes municipales.

Dicho listado ha remitido a la Fiscalía por el Consistorio acompañando a la denuncia dirigida contra la empresa por un supuesto delito contra la salud pública. Se suma a la que ya había interpuesto la Administración autonómica contra Magrudis por ocultar que fabricaba dos tipos de chorizo, uno dulce y otro picante, requisados en una gran superficie comercial. El primer análisis realizado por el Laboratorio Municipal a una muestra del chorizo de la marca «La Mechá» ha dado negativo en listeria monocytogenes, según informó ayer el Ayuntamiento.

Las pesquisas se centran ahora en averiguar si las croquetas, entre otros productos, las hacían ellos o las distribuían tras adquirirlas a otra marca y también dónde se almacenaba esta mercancía, señalan desde el Consistorio, que no descarta que la industria cárnica tenga otra planta de producción de la que habría informado. Todo ello será objeto de la investigación policial cuando la Fiscalía acuerde abrir unas diligencias previas contra la empresa causante del brote de listeriosis.

Cuatro nuevos casos se han sumado en las últimas horas al número de afectados por el consumo de carne mechada contaminada fabricada por la empresa Magrudis de Sevilla, que mantiene a 69 personas hospitalizadas en Andalucía, dos más que viernes 30 de agosto. Entre las personas contaminadas se encuentra un bebé.

El gobierno local de Sevilla trató ayer de rebajar la tensión creada por el cruce de reproches entre la Junta y el Ayuntamiento y abogó por acabar con las declaraciones políticas de miembros del Gobierno andaluz «que no contribuyen a la serenidad con la que deben trabajar los equipos de las dos instituciones para esclarecer lo ocurrido, para que los técnicos puedan desarrollar su trabajo, inspeccionar e investigar las causas ante una crisis y alerta sanitaria de estas dimensiones».

Esta llamada a la calma se producía después de que el PSOE volviera a pedir la dimisión del consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre (PP) y el PP pidiera «transparencia» al alcalde de la ciudad, el socialista Juan Espadas, «para esclarecer los fallos en el control previo alimentario cuyas competencias corresponden a la administración municipal».

El secretario de Acción Electoral y Programa, Carmelo Gómez, aseguraba que «no puede seguir ni un minuto más» al frente de la sanidad andaluza al haber demostrado que no está «cualificado para gestionar» la crisis derivada del brote epidemiológico de listeriosis, y pidió la comparecencia «extraordinaria» del consejero de Presidencia, Elías Bendodo. El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, Beltrán Pérez, insistió en que lo más importante es que «los fallos que han originado esta crisis alimentaria no se vuelvan a repetir» y ha acusado al PSOE andaluz «de irresponsabilidad y poca lealtad institucional».