En consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de los que se deriva la Agenda 2030, que contemplan la igualdad de oportunidades entre los géneros como una realidad enriquecedora para la sociedad, y siendo consciente de la insuficiente presencia femenina en áreas como dirección o mando intermedio, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía está ejecutando un proyecto para la implantación de buenas prácticas en igualdad en cooperativas agroalimentarias.
El objetivo es que un total de siete empresas de economía social consigan mejoras que les permitan detectar, implantar y hacer un seguimiento de medidas y mecanismos de igualdad encaminados a llevar a cabo una buena praxis en lo que a equilibrio de género se refiere.

Así, bajo el título ‘Buenas Prácticas en Igualdad en cooperativas agroalimentarias’, que se enmarca en la Línea 3 para el Fomento del Emprendimiento social y que financia la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, se desarrolla este programa que prevé dar como resultado siete códigos de buenas prácticas en igualdad que dotarán a las empresas receptoras de las herramientas concretas para mejorar su competitividad gestionando el talento sin sesgo de género.
Estos códigos requieren de un diagnóstico previo de las cooperativas participantes en el programa en el que se valoran aspectos como el acceso al empleo, la clasificación personal, las condiciones de trabajo, su postura ante el acoso sexual o la política de conciliación laboral. Además, se elabora una circular con entrevistas a dos empresas cooperativistas participantes en ediciones anteriores de la iniciativa, para exponer los resultados de la implantación de los códigos en su día a día.
Cifras reales

Según datos del OSCAE 2023, las mujeres representan un 28,3% de la base social de las cooperativas españolas y sólo el 10,1% de los consejos rectores. Un 4,8% ostenta la presidencia y un 14,3 ocupan puestos de dirección. Aunque en los últimos años se ha registrado un ligero ascenso en todas las categorías mencionadas, aún queda mucho camino por hacer.
Con estas cifras, se hace necesaria la puesta en marcha de códigos de buenas prácticas, que son guías personalizadas que definen las actuaciones a desarrollar por una entidad en el área de igualdad de oportunidades, tras realizar un diagnóstico. Como indica Amparo Martín Fernández, responsable del área de Igualdad de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, «Gracias a estos códigos se puede mejorar la situación de las mujeres tanto en la plantilla como en su base social, promocionando que las socias participen en las asambleas y en los consejos rectores».
