Flamenco Sincejilla
Gerardo Núñez: «La guitarra flamenca es la más atractiva de todo el mundo»
El jerezano, maestro de varias generaciones, inaugura el ciclo que él mismo ha comisariado en La Bienal para el Espacio Turina
Asfixiado anda, con sus ideas a cuestas, por una montaña en mitad del campo. Este jerezano vive en muchos sitios: a veces en Sanlúcar de Barrameda, donde ha consolidado sus cursos de guitarra después de 32 años consecutivos: «Durante la pandemia había más profesores que ... alumnos, pero seguimos». Pasa largas estancias en Trebujena, donde ha desarrollado un proyecto de sostenibilidad. Quiere vivir, en exclusiva, de lo que la naturaleza ofrece: luz, agua, alimento… Y también, claro, en mitad de la sierra madrileña: Tres Cantos, donde compone por los carriles antes de sentarse a acariciar el diapasón de su instrumento, «si no tendríamos una vida demasiado sedentaria». Pronto vendrá a Sevilla, pues el día 13 de septiembre inaugura en el Espacio Turina, dentro de La Bienal, el ciclo que él mismo ha comisariado: 'Guitarra desnuda', en el que participan otros catorce músicos.
Muchos de ellos son desconocidos para el gran público. Y a qué se debe, le pregunto, su inclusión. ¿Necesidad de ajustar el presupuesto?: «No, no. En un primer momento pensé en artistas que no han podido venir, bien porque ya tenían mucha presencia en el festival, como Dani de Morón o Vicente Amigo, o porque no les apetecía en este momento eso de tocar sin más compañía que la de la guitarra. Después, todos los que están lo merecen, porque tienen algo que contar. Mi generación y la que viene detrás es muy diversa. Sigue a Paco de Lucía, pero ya cuenta con un sinfín de discursos. Yerai Cortés se fija en los clásicos y los actualiza, tiene presencia en el escenario; José Antonio Rodríguez es un músico mayúsculo con una obra enorme detrás, lo ha hecho todo; Álvaro Martinete ganó en 2021 el Bordón Minero y le he querido dar esta oportunidad; Paco Jarana es un guitarrista atípico, porque lo tiene todo, pero ha vinculado toda su carrera a la composición para ballet, por eso resulta anónimo para muchos; Canito es el primero en la historia en tocar de pie por tarantas, bulerías y lo que le echen, y además tiene una propuesta poderosísima y diferente a todo lo que he escuchado, como Rycardo Moreno o el genial Jesús Guerrero, que ya no se puede tocar más fresco y actual. En mi cita les haré un prólogo a cada uno para presentarlos. A Salvador Gutiérrez y al resto».
«La guitarra flamenca...», continúa el maestro, «es la más atractiva de todas las que se están haciendo en el mundo por dos motivos: aúna pasión y disciplina. ¡Tenemos a los más apasionados y disciplinados!, por eso somos líderes y tenemos notoriedad en todo el planeta. Agradezco la valentía de la Bienal. Ningún festival había apostado antes de esta forma por los concertistas, que desde Ramón Montoya creo que ya hemos demostrado más que suficiente. Deseo, también, que la palabra flamenco no desaparezca de su programación, que está en riesgo constante. Larga vida».
Lara Wong: cantar con la flauta
Se ha producido un fenómeno extraordinario en torno a los vientos. Existen antecedentes históricos, como El Negro Aquilino, «El Saxofón Humano de la Ópera Flamenca», pero gracias a que Paco de Lucía comenzó con la incorporación de otros instrumentos a esta música a través del Sexteto en los 70 y 80 hoy gozamos de toda una escena. Jorge Pardo es su precursor, pero en ella se ubica Lara Wong, ganadora del Filón Minero en 2021, además de otros instrumentistas como Antonio Serrano, con la armónica como única compañera, Juan Parrilla, Sergio de Lope y Diego Villegas. Soplan fuertes los vientos para asegurar el buen puerto de este viaje.
En esta propuesta, la canadiense traza una línea alrededor del cante y sigue sus huellas con una estética y una armonía diferentes. En la soleá por bulería, a través de sus dedos, intuyo a Fernanda de Utrera gritando al fondo del tubo por el que se produce el nacimiento de la música. Veo a Pastora al final, coqueteando con la cantiña. Melón Jiménez le abre el camino con la guitarra y ella canta con la flauta y el bansuri, de tamiz Oriental, que emplea por ejemplo en las alegrías. Canta a soplidos por bulerías del Chino de Málaga, rehuyendo de la perfección de los clásicos para incorporar cierta incorrección, más propia de lo jondo. Es decir, visceralidad.
Entre lo popular y lo propio estriban sus melodías, que no se alejan demasiado de las estructuras básicas. También versiona a Bill Evans en 'My foolish heart' y se acerca al tango para cerrar el álbum con una composición que arranca con aspereza de réquiem. Todo un muestrario de emociones con el que entiendo que trata de mostrar su abanico de posibilidades, dejándose por el camino algún momento de belleza. No rompe cánones, sino que confirma una tradición.
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