bienal de flamenco 2022
La Piñona baila de todo
La bailaora gaditana presentó anoche en el Central, 'Insaciable', un compendio de baile rodeado de tres voces y una guitarra
La Bienal recupera el Lope de Vega con el Niño de Elche y Pastora Galván y María Marín

Bienal de Flamenco / Crítica
'Insaciable'
- Idea original Lucía Alvarez La Piñona
- Dirección artística Rafael Estévez y Valeriano Paños
- Coreografía Estevez-Palos y La Piñona
- Música Ramón Amador
- Cante Matías López el Mati, Jesús Corbacho y José el Pechuguita
- Teatro Central Dia: 22 de septiembre 2022
Lucía Álvarez 'La Piñona' dijo que acudía a la Bienal de Sevilla a hacer un destape emocional y artístico. Y lo ha hecho.
Sin duda la bailaora le ha echado ganas y baile a este espectáculo que con el título de 'Insaciable' ... estrenó anoche en el Teatro Central, un título que revela cómo son las ansias de la intérprete por abarcar el baile en todas sus estéticas.
Dice Lucía que la obra está inspirada en mujeres como Chavela Vargas, Patti Smith, Manuela Carrasco, Lola Flores o Rocío Jurado..., y puede que alguna más, pero no están ahí, sólo está inspirada, porque sobre las tablas, está sólo la Piñona.
La bailaora tiene una complexión física poderosa, con los brazos y manos largos, a lo Manuela Vargas, y el potente zapateado que no oculta un importante braceo ni tampoco una lírica en los escorzos y en su forma de interpretar.
Sale vestida con unos pantalones a media pierna y taleguilla. Un calcetín rosa y otro blanco, en clara mención taurina, y su baile con Jonatán Miró comienza como si fuera un roneo en un ruedo, incluso con embistes coreográficos incluidos.
Dividido en diez escenas, este 'Insaciable' es un ascua de luz en una Bienal donde la experimentación está siendo protagonista, sobre todo en el baile. Sin embargo, en esta obra aunque hay mucha experimentación, sobre todo porque creo que la propia bailaora se está poniendo a prueba, también hay mucha tradición y un baile recio, con enjundia, con movimientos nuevos, pero de sabor.
Un primer movimiento con el poema de Luis Cernuda, 'no decían palabras' de fondo y el encuentro entre la Piñona y Jonatán Miró, dirigidos ambos por Estevez-Paños, lo que se nota en la elección sobre todo de algunos cantes y coreografía (los fandangos de Granada, por ejemplo).
La pareja se encuentra se toca, y se rechaza, y en este roneo sensual, ella se pone la bata de cola que luce sola en el suelo y empieza por alegrías, rompiendo a la mitad el baile y terminando por cantiñas.
El martinete es el palo de moda en esta Bienal, no recuerdo cuál es la obra que no lo ha incluido, y en esta también está para el lucimiento de Jonatán Miró sobre todo en giros y desplantes, además de su recio zapateado.
El recorrido sigue, con un sonido contemporáneo pero no puede ser más clásico en el baile, aunque la puesta en escena sea una dinámica composición en la que los cantaores y el único guitarrista, Ramón Amador, participan también de la acción. Por cierto, qué bien sabe una guitarra tan clásica y flamenca como la de Ramón Amador.
Una deliciosa milonga que da gloria escuchar, da paso a la farruca, otro palo fijo del que hacen gala los bailaores. Baila Piñona vestida de rojo fuego, con un vestuario originalísimo que en su primer número recordaba un capote de torero con ese calcetín del color rosa con el pantalón a media pierna que luego cubrió la bata de cola.
Y entonces llega el 'Desvarío de intenciones'. El Mati se convierte en Dj y rumbas, boleros y un rap se mezclan en el escenario con el baile de Piñona que mete los pies, y del Pechuguita, que también da su pataíta. 'Si tu te vas, si tu te vas, yo me quedo en Sevilla'..., cantan mientras se embarcan en un bolero. Pero no acaba ahi, de repente Pechuguita entona una saeta y Piñona con una toquilla e iluminada con una luz, se convierte en improvisada virgen. La vorágine no cesa, porque Piñona coge un micro para marcarse un rapeo de los grandes. !Tiembla Kase O!. Genial y electrizante momento que rompió con todo lo demás o quizás lo unió. Lo pasamos en grande.
Cante por fandagos en tres voces magistrales las de Jesús Corbacho, José 'El Pechuguita' y El Mati. Potentes, diferentes, de procedencias diversas para el baile de Jonatan Miró que es recio y contundente. Hace un paso histórico en los fandangos de Granada, y eso se agradece.
Y vamos terminando porque la Piñona ha decidido llevarnos arriba en el epílogo de 'Insaciable' en lo que ha llamado 'soleá inacabada', porque 'los finales absolutos no existen' y debe ser verdad.
Baila Piñona con tanta seguridad y prestancia que el zapateado es el justo, los remates precisos, las concesiones a otras estéticas también, y sobre todo, su baile por bulerías nos recuerda otros tiempos, otras mujeres que bailaban, otra estética que está ahí y no se ha perdido, porque quien tiene la sabiduría en el baile, tiene el poder, y la Piñona ayer nos demostró que es una poderosa bailaora, tiene presente y le queda mucho futuro.
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