¿Qué pasó con... Fernando Climent?
Este sevillano de Coria del Río sigue siendo uno de los dos únicos remeros españoles con una medalla olímpica. El otro, Luis María Lasurtegui, su compañero en el dos sin timonel que conquistó la plata en Los Ángeles'84. Además, otras tres presencias olímpicas y nueve medallas en campeonatos del mundo alumbran el sobresaliente palmarés del hispalense
Leyenda del remo, le ha dedicado toda su vida a la boga, primero como deportista y luego como dirigente. Climent ha superado una grave enfermedad, desde hace tiempo vive en Bañolas con su familia, hace deporte en torno a una hora cada día y echa ... de menos Sevilla.
Regresó a la sede de los Juegos de Los Ángeles y ya no existía.
Sí, era el Lago Casitas. Más que lago, era una especie de presa que suministraba a la ciudad de Los Ángeles y alrededores. Volví en 2004 porque tenía la ilusión de verlo de nuevo y casi que no había ni agua. Estaba muy desangelado todo. Cuatro caballos y poco más. Ni población ni nada.
Usted no pertenecía en principio a ese barco.
El compañero de Lasurtegui era Oyarzabal. Habían remado dos años en el dos sin. Yo estaba remando en el skiff, con el que iba a ir a los Juegos al haberme clasificado, pero la embarcación de ellos no iba como anteriormente. En Bañolas, el director técnico, Patxi Sarasua, dijo que había que hacer alguna prueba para mejorarla y, al tercer día de entrenamientos, era diez segundos más rápida que con Oyarzabal. Sarasua hizo el cambio. Entré en el barco y con 25 días de entrenamientos fuimos a los Juegos.
Los recibieron, tras la medalla, como a héroes.
Fue impresionante. En la villa nos esperaban con vino español y las clásicas tapas. La nuestra fue la primera medalla española de aquellos Juegos y nos fuimos a Beverly Hills de fiesta con toda la gente de la prensa allí desplazada. Luego vinieron los homenajes en Sevilla.
¿Que Sevilla acogiera unos Juegos fue una utopía?
No, no. Estuvo cerca. Me tocó defender el campo de regatas de Sevilla con el actual presidente, Thomas Bach. El proyecto en sí era de los más viables. Tenía lo más difícil: el campo de regatas. Luego estaba el estadio, el tema hotelero bastante completo y la posibilidad de situar la villa olímpica aislada de la ciudad, en La Cartuja. Habrían sido factibles unos Juegos en Sevilla.
¿Cómo está la salud del remo español en estos momentos?
Habrá tres botes en los Juegos, uno plenamente sevillano. A priori, las chicas tienen más posibilidades de estar peleando por las medallas. Y por otro lado, tenemos un deporte en el que hay muchas rencillas, rencores y egos. Si esto no se aparta, será complicado que nuestro deporte siga avanzando. Cuando no salí reelegido había 24 deportistas de alto nivel y ahora hay como máximo siete u ocho. Se han perdido muchos, hay que recuperarlos para tener tres o cuatro embarcaciones en primera línea, que es el potencial del remo español.
¿Hace falta más paz y menos rencillas?
Hay muchos egos, envidias, un quítate tú para ponerme yo... no hay una planificación. Ahora está al frente Asunción Loriente, que estaba en mi equipo y lo está tratando de hacer lo mejor posible, pero es que sencillamente no la dejan trabajar. Ella y su equipo pueden tratar de sacar esto adelante, pero es el mundo del remo el que debe decidir. A priori, creo que hay que darle una oportunidad.
Las elecciones no se han celebrado aún.
Ha quedado muy paralizado todo. Están pendientes las de remo, vela, piragüismo... Espero que en breve se convoquen porque lo mejor que puede ocurrir es que haya una planificación consensuada para que todo el mundo ceda un poco y busquemos lo mejor para nuestro deporte.
¿Qué valoración haría de sus años al frente de la Federación?
Ha sido positiva a nivel de organización porque se han traído muchísimos eventos. Es decir, que ha habido un movimiento que esta Federación no había tenido anteriormente. Nunca. Con el equipo nacional ha habido altibajos. Se han traído entrenadores de primer nivel y, en cuanto a las categorías inferiores, los resultados han sido bastante buenos pero no han tenido la evolución que podíamos esperar y desear en la absoluta. Yo esperaba tener mejores resultados. No voy a esconderme y la crítica, si es constructiva, es bien recibida.
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