¿Qué pasó con... Fernando Medina?
Tres veces olímpico, bronce en el Mundial de 1998 y oro en la Copa del Mundo de 2002, este tirador sevillano vive afincado en Madrid y sigue vinculado a la esgrima, pero ahora como maestro de sable y formador de las nuevas generaciones
Se aficionó a la esgrima por influencia de su abuelo materno, militar, y entre Barcelona y Madrid forjó una carrera excelente como tirador que lo llevó a cotas impensables. Pocos andaluces pueden presumir de haber estado en tres Juegos Olímpicos y Fernando Medina Martínez (1973), ... sevillano y macareno, los alcanzó. Maestro de sable, tiene a una hija pequeña que ha heredado su talento y lleva años en Madrid formando a jóvenes para que la esgrima española recupere el esplendor perdido.
¿La esgrima es una gran desconocida del deporte en España?
Un poco sí. Es un deporte minoritario porque hoy por hoy existen pocos clubes de esgrima para practicarlo. Pero cuando la gente lo prueba, se envenena y ya tiene el deporte en las venas para toda la vida.
¿Cómo está la esgrima española a nivel internacional?
Llevamos dos ciclos olímpicos sin ningún deportista clasificado. En Tokio estará Carlos Llavador, un floretista, gracias a su esfuerzo, tesón y a la voluntad de apostar por sí mismo. Lleva seis años entrenándose en Italia.
Usted logró grandes resultados sin moverse de aquí.
Pero eran otros tiempos. Los tiradores teníamos un gran nivel deportivo porque estábamos becados por el plan ADO, con lo cual había una estructura de régimen de concentración permanente. Después de los Juegos de 2004, donde fui el único representante español, se deshace la estructura del equipo nacional por los recortes y la esgrima española empieza a bajar a un segundo nivel.
Está al cargo del Club Esgrima Barajas.
Tras mi retirada formé un club en el distrito de Barajas y con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid hemos creado escuelas deportivas municipales donde los niños pueden practicar esgrima de manera económica. He formado clubes dentro de un proyecto de estructura deportiva que es la Academia Internacional de Esgrima, con la que espero que en unos años nuestros tiradores tengan una proyección internacional como se merecen.
¿Qué diferencia al sable de las otras armas?
La técnica, la estrategia y la psicología. El sable es un arma de caballería y se puede tocar de cintura hacia arriba, todo menos las piernas, y de punta, filo y contrafilo. En cambio, el florete y la espada son armas de estocada: sólo se puede tocar de punta. La espada puede tocar todo el cuerpo y el blanco del florete es el tronco, quedando excluidas las extremidades inferiores, superiores y la cabeza.

¿Algún combate que recuerde a menudo o con el que sueñe?
Quizá el asalto más positivo sea el tercer puesto de 1998, que fue la primera y única medalla de bronce española en sable masculino en un Campeonato del Mundo sénior. Y en el lado negativo, Sídney. El árbitro cometió un grave error que me perjudicó, me privó de estar entre los ocho mejores y, por qué no, de alcanzar una medalla. Fue un jarro de agua fría, pero no me hizo tirar la toalla. A partir de ahí apareció el videoarbitraje para que hubiera dos árbitros y se pudieran ver las acciones a cámara lenta.
En 2002 se proclamó campeón de la Copa del Mundo.
Sí. Antes que yo lo consiguió Taymi Chappé, que en paz descanse. Murió el año pasado. Después de mí ningún otro tirador español lo ha logrado.
Leí que es devoto de la Macarena.
Así es. Y cada vez que podemos, mi padre, mi hermano y yo salimos de nazarenos.
Como maestro sablista, ¿algún consejo para evitar el sablazo de la factura de la luz?
(Se ríe). Como dice el refrán, a quien madruga, Dios le ayuda, así que de buena mañana habrá que ponerse a cocinar, poner lavadoras y hacer todas las tareas domésticas.
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