Tipos de trenzas y cómo se hacen. ¿Cuál es la tuya?

De mayor o menor dificultad, se convierten en una opción ideal para salir de la monotonía con nuestro peinado en el día a día

La trenza es un tipo de peinado que, bien realizado, puede resultar casi hipnótico porque significa ir un paso más allá de esa coleta que nos hacemos cada día para despejar la cara. Basta con probar a lucir una para comprobar que son versátiles y favorecen a cualquier tipo de rostro, teniendo en cuenta además que hay muchos tipos de trenzas con acabados diferentes. Esto nos permite adoptar la versión que mejor nos sienta y más va con nuestro estilo.

Las hay de mayor o menor dificultad, sobre todo a la hora de hacérnoslas a nosotras mismas, pero lo cierto es que cuando dominamos la técnica, se convierten en una opción ideal para salir de la monotonía con nuestro peinado en el día a día. De hecho, muchos peinados se consiguen mediante algún tipo de trenza.

Tipos de trenzas

He aquí los distintos tipos de trenzas y la técnica para conseguir cada una de ellas. Algunas son mucho más fáciles de lo que a primera vista nos puede parecer…

Trenza básica

Hablamos de la tradicional trenza de tres cabos que se puede hacer a partir de una coleta para un mejor control. También se puede hacer recogiendo la melena con las manos como si nos fuéramos a hacer una coleta pero dividiéndola en tres mechones que se van cruzando entre sí.

Si aspiramos a dominar cualquier trenza vistosa, debemos empezar controlando la ejecución de la trenza básica. Una buena idea es salpicar la melena suelta con trencitas pequeñas de tres cabos. Es muy fácil y renovará nuestro peinado de forma sutil, otorgándole un aire diferente.

De dos cabos

Las trenzas que se hacen con solo dos mechones, también conocidas como trenzas de cordón son muy sencillas y sirven para crear un buen número de peinados llamativos y favorecedores. La clave está en retorcer los mechones antes de comenzar a trenzar para conseguir un acabado pulido y muy plástico. A partir de ahí, podemos hacerlas de raíz (añadiendo progresivamente secciones de cabello del resto de la melena), integrarlas en una coleta, llevarlas a un lado con la melena suelta, en minitrenzas, etc.

Trenza francesa (o de raíz)

La trenza de raíz supone ir un paso más allá de la tradicional, con un resultado mucho más elaborado y llamativo. Para conseguirla debemos empezar por separar un mechón generoso de la melena y dividirlo a su vez en tres cabos. Podemos hacerlo en cualquier parte de la cabeza o a cualquier altura, en función del resultado que deseemos.

La clave para conseguir que sea de raíz es trenzar sujetando un poco de pelo del resto de la melena cada vez que vayamos a cruzar un mechón de un lado al contrario. Es importante destacar que los mechones laterales se cruzan siempre por encima del central, recogiendo poco a poco el cabello de los lados de la melena. De esta manera, la trenza queda sujeta al cuero cabelludo en toda su longitud, mientras que en la versión tradicional o de tres cabos, la trenza quedaba suelta y móvil.

Trenza holandesa

Se la conoce también como trenza francesa invertida, precisamente porque los mechones laterales se cruzan por debajo del central (y no por encima, como ocurría en aquella). A diferencia de la francesa, esta versión sobresale más de la cabeza, con un acabado más llamativo y plástico que la de raíz, mientras que en la trenza francesa el recogido queda totalmente integrado en la melena.

Esto permite una sensación de mayor volumen en el cabello (especialmente si abrimos con los dedos los mechones) y un acabado muy llamativo, que la convierte en ideal para utilizarla en diferentes peinados.

Trenza de espiga o cola de pescado

La trenza de espiga es quizá una de las más vistosas y sin duda parece más compleja de lo que en realidad es. Para realizarla, debemos dividir la melena en dos secciones, que harán de mechones principales. Sobre estos iremos cruzando mechones finos del lado contrario. Para ello se extrae una fina sección por la parte exterior de cada lado para cruzarla hacia el lado contrario.

De esta manera se consigue ese efecto espigado tan favorecedor y vistoso. Cuanto más finos sean esos mechones que vamos añadiendo, más bonito será el efecto.

En cuanto al acabado, podemos realizar una trenza pulida y ceñida, o bien dejarla ligeramente suelta, abriendo el trenzado con los dedos. Así obtendremos un acabado más relajado y bohemio. Incluso podemos sacar algunos mechones para dejarlos sueltos a lo largo de la trenza y así favorecer ese efecto espigado.

Trenza invertida

Se puede conseguir con cualquier tipo de trenza, ya sea normal, de raíz, holandesa o de espiga. Únicamente tenemos que comenzar a trenzar desde la nuca en dirección a la coronilla. Así, podemos combinar estas trenzas invertidas con un recogido alto o coleta. También las podemos hacer a los lados, dando lugar a originales peinados.

En cascada

Se trata de una especie de falsa trenza horizontal, ya que en realidad solo se entrelazan dos mechones (como en una trenza de dos cabos) y se cruzan secciones de pelo verticales. Finalmente se fija la falsa trenza con una horquilla a la melena.

Hay dos maneras de hacerla: en dos pasos, como el vídeo de arriba, o sobre la marcha, como en el vídeo de abajo.

Trenza de diadema o corona

Puede llevarse tanto con el pelo recogido como con el pelo suelto, para adornar la melena. Se consigue realizando una trenza de raíz de patilla a patilla aproximadamente, pasando por la parte superior de la cabeza, como si de una diadema se tratase. Para sujetarla podemos utilizar una horquilla colocada tras la oreja para que quede más estético.

Otra forma más sencilla de hacérnosla a nosotras mismas es realizar la trenza a una lado y extenderla hacia el lado contrario, sujetándola a la melena con una horquilla y una goma.

Trenzas africanas

Son esas trenzas de raíz de pequeño tamaño que se hacen muy ceñidas al cuero cabelludo, hasta el punto que este queda muy a la vista. Suele ser común añadir cabello artificial a las trencitas para dar volumen al acabado. Al deshacerlas, el pelo queda con un marcado rizo de “patata frita”.

Trenzas de boxeadora

Consiste en realizar dos trenzas holandesas detrás de la cabeza, una a cada lado. Por tanto, debemos ir cruzando por dentro los mechones restantes de la melena mientras trenzamos los cabos principales. El resultado es un rostro despejado con un bonito acabado por la parte de atrás.

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