Colgar un cuadro es probablemente una de las tareas de decoración que más se subestiman, ya que hacerlo bien no siempre resulta tan fácil como en principio pueda parecer. Da igual que hablemos de cuadros colocados en la pared con taladro o con martillo, porque si no tenemos antes en cuenta todo lo necesario, probablemente obtengamos un mal resultado.
Cuadros torcidos, que quedan como flotando, desconectados del resto de la decoración, con una distancia asimétrica respecto de otros o que se acaban cayendo. Los errores frecuentes a la hora de colgar cuadros en casa se pueden evitar teniendo en cuenta estas premisas antes de ponernos manos a la obra.
Elegir bien el lugar
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de LÁMINAS Y MARCOS ONLINE (@laminae.store)
A veces, cuando tenemos un cuadro que nos encanta, lo que más nos cuesta decidir es dónde deberíamos colgarlo. Para ayudarnos a tomar la decisión correcta, debemos atender a varios factores. En primer lugar, el tamaño del cuadro para que vaya en proporción con el de la pared (debemos evitar cuadros demasiado pequeños en paredes amplias y viceversa). Así, en caso de que nos refiramos a un cuadro de pequeñas dimensiones, lo mejor será optar por una composición de cuadros que consiga la proporción adecuada.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Cuadros•Espejos•Enmarcaciones (@nomada_deco)
En segundo lugar, es importante tener en cuenta otras cuestiones como los colores, la temática del cuadro, ya sea fotografía o pintura, así como el estilo. Esto nos ayudará a encontrar la ubicación más adecuada jugando con el resto de la decoración. «¿Con qué otros elementos de la casa combina?, ¿preferimos crear contraste? o ¿cómo encaja con el color de la pared?» con algunas de las preguntas que debemos hacernos.
Alternativas a la pared
Aunque tradicionalmente tendemos a pensar que colocar un cuadro implica anclarlo a la pared, hoy en día disponemos de soluciones decorativas que además son tendencia, como los estantes, donde podemos jugar también con composiciones de cuadros de diferentes tamaños. Aunque también podemos apoyar nuestros cuadros en otro tipo de muebles y superficies como consolas, cómodas, librerías, mesitas, encimeras, etc.
Decidir la altura
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Cuadros•Espejos•Enmarcaciones (@nomada_deco)
Uno de los errores clásicos a la hora de colgar un cuadro en la pared es colocarlo demasiado alto, como volando. Tendemos a pensar que los cuadros deben quedar por encima de nuestras cabezas cuando lo que debemos conseguir es que estén a la altura de la mirada (tomando una referencia estándar, entre 1.65 y 1.75 aproximadamente, para el centro del cuadro). Como regla general, debemos pensar que el cuadro debe quedar a la altura de los ojos, exceptuando aquellos que se colocan sobre algún mueble.
En el caso de que vayamos a colocar varios cuadros pequeños, esta misma regla se debe aplicar al centro de la composición, por lo que algunos podrán quedar por encima de la mirada y otros por debajo. Lo importante es observar la composición de cuadros como un todo y decidir la altura como si se tratase de un marco de grandes dimensiones. Aquí, el truco de la línea imaginaria será de gran utilidad.
Además, a la hora de decidir la altura a la que vamos a colgar el cuadro, es imprescindible tener en cuenta el resto de cuadros que haya en la pared. Así, debemos trazar una línea horizontal imaginaria que atraviese todos los cuadros y composiciones de esa pared para comprobar que todos la comparten como centro, sean cuales sean las dimensiones de cada uno.
Distancia entre cuadros
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Wall Decó•Cuadros Decorativos (@walldecostore)
Aparte de la altura, es importante tomar como referencia la distancia entre los cuadros existentes y el que nos disponemos a colgar. Los cuadros de gran tamaño necesitan una mayor distancia entre sí que las composiciones a base de pequeños cuadros. Asimismo, entre unos y otros tendremos que dejar espacios idénticos que proporcionen una simetría para evitar que algún elemento quede desconectado dentro de la misma pared.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Cuadros•Espejos•Enmarcaciones (@nomada_deco)
Para ello resulta útil medir la distancia entre los cuadros ya existentes en la pared antes de colocar el nuevo. Para hacernos una idea, entre cuadros pequeños podríamos dejar en torno a 5 cm de separación como mínimo, mientras que entre los grandes podemos llegar a los 20 cm.
¿Hay muebles cerca?
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Tienda online de cuadros (@cuadrostock)
Cuando colocamos un cuadro cerca de algún mueble, ya sea sobre este, bajo este o a un lado, debemos tenerlo en cuenta como referencia, tanto a lo ancho como a lo alto. Por un lado, el error a evitar es que el cuadro quede desconectado de ese mueble, como flotando, ya que visualmente no resultará estético. Por ejemplo, si hablamos de un cuadro colocado sobre un sofá, la clave es que no puede quedar demasiado separado y nunca más cerca del techo que de este.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Wall Decó•Cuadros Decorativos (@walldecostore)
Como medida estándar, podemos decir que el cuadro colocado sobre un mueble ha de tener entre 15 y 25 cm de separación en altura para que haya una coherencia visual.
Por otra parte, es importante considerar el ancho del cuadro o la composición respecto al del mueble. No resultará estético que lo sobrepase, pero debería alcanzar un mínimo de dos tercios para que no se vea demasiado pobre.
¿Con qué lo colgamos?
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Maisons du Monde España (@maisonsdumonde_es)
Es otra consideración importante a valorar a la hora de colgar un cuadro. Tendemos a pensar que es una tarea que implica siempre el uso de taladro, pero no siempre es así. Como ya descubrimos, existen múltiples alternativas para colgar cuadros sin necesidad de agujerear la pared ni recurrir a herramientas de bricolaje.
Así, si se dan las condiciones necesarias de peso, dimensiones y la superficie trasera lo permite, podemos emplear tiras adhesivas que no dejan ningún resto en la pared en caso de error o cambio de opinión, colgadores tipo «cuelgafácil» de los que se anclan a la pared con un par de golpes de martillo; pegamento tipo «no más clavos», y ganchos adhesivos, entre otras alternativas. Todo ello, teniendo en cuenta también el tipo de pared, revestimiento o pintura.
Si aún así la mejor opción sigue siendo el taladro, tendremos que valorar cuál es el soporte más adecuado y cuántos puntos de apoyo necesita el cuadro para permanecer recto y estable.
Para que quede recto
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de GUAPA LÁMINAS PARA CUADROS (@guapadeco)
Tanto si escogemos un método alternativo para colgar el cuadro como si nos decantamos por otro más tradicional, uno de los retos será conseguir que el marco se mantenga recto una vez colocado. Si contamos con dos puntos de apoyo (como dos hembrillas, por ejemplo) lo mejor será utilizar un nivel antes de marcar el punto en el que hacer el taladro para cerciorarnos de que el cuadro no queda torcido.
Un truco útil es el de colocar el cuadro sobre la pared y, una vez que hemos comprobado con el nivel que está recto, dar un golpe seco sobre el marco para que se señalen ligeramente las hembrillas en la pared.