Orangerie abre sus puertas en Sevilla, mucho más que un espacio de plantas y flores

En la c/ Correduría, 5 nace un nuevo concepto para reunir a los amantes de la botánica y su relación con el arte, la moda, la arquitectura, la gastronomía...

Un nuevo espacio para los amantes de las plantas y las flores llega a Sevilla. Orangerie cubre un hueco que no sabíamos ni siquiera que existiera, hasta que hemos conocido su concepto. No es una floristería, no es un espacio de talleres, no es un lugar de encuentro para los aficionados de la botánica. Pero es todo a la vez y su potencial es realmente inspirador.

El culpable de que Orangerie sea una realidad y haya abierto sus puertas en la c/ Correduría, 5 es Juan Manuel González Luque, un sevillano de 31 años que hasta ahora había trabajado en el sector del turismo. «Aunque pueda sonar raro, ese es un poco el germen de Orangerie. Durante los últimos años he viajado mucho y una de las cosas en las que me fijaba en otros países era la riqueza botánica del lugar. Para mí, conocer lugares nuevos también ha sido conocer especies nuevas. Una planta te habla mucho del país, del clima, de su paisaje…», explica a Bulevar Sur en su primera entrevista sobre Orangerie.

Ese interés por las plantas iba creciendo poco a poco, año a año, de forma autodidacta y con algunos cursos realizados en Madrid. «He ido aprendiendo para poder cuidar mis propias plantas y ampliar poco a poco mi jardín particular con especies menos habituales en Sevilla», responde.

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¿Cómo llegas al mundo de las plantas? ¿Qué te aportan que no tenías antes en tu vida?

Las plantas han estado en mi vida desde siempre. En mis recuerdos más antiguos está el patio de mi abuela lleno de hortensias, begonias y helechos. Aunque viajando me han fascinado plantas de otros sitios, en Andalucía tenemos la suerte de que las plantas y las flores están muy presentes en nuestra vida. Recuerdo desde muy pequeño pasear con mi abuela y que volviéramos a casa con esquejes de las plantas de sus vecinas. Ahora soy yo el que sigue su tradición y me veo muchas veces volviendo a casa tan cargado como ella. Las plantas siempre han estado en mi vida y me han enseñado a desarrollar la paciencia, a aprender a cuidar y a ser más curioso. Las plantas siempre me dan ganas de seguir investigando y estudiando.

¿Qué ha conseguido que quieras impulsar Orangerie -un proyecto tan original y único- en plena pandemia?

Como muchas otras personas, durante este año de pandemia he tenido mucho más tiempo para mí. Mi trabajo habitual se paró y eso me ha permitido reflexionar, pensar qué quiero hacer, hacia dónde me quiero dirigir. Abrir un espacio como Orangerie es algo que siempre he querido, pero con la velocidad de la vida antes de la pandemia no me lo había planteado realmente. Con el cambio de ritmo de este año me he visto escuchándome más a mí mismo y dándome cuenta de que las plantas me hacen muy feliz. Cuando pudimos empezar a pasear, a veces quedaba con amigos para coger esquejes y probar si crecían. Hemos creado una especie de comunidad de esquejes y esto me ha hecho pensar en que, tal vez, haya más gente que disfrute con las plantas y que pueda sorprenderse y divertirse con las que tenemos en Orangerie.

Me gusta tener proveedores locales y que podamos contar con flores a las que no estamos tan acostumbrados, pero que están cultivadas a pocos kilómetros

¿Qué es Orangerie?

Define Orangerie para el que pase por su puerta sin saber qué es…

Orangerie es un espacio dedicado a las plantas y las flores con especies fuera de lo habitual en Sevilla. Queremos que sea un lugar tanto para amantes de las plantas como para aquellas personas que aún no tienen mucha relación con este mundo, pero les atrae. Orangerie no es solo una tienda, es un espacio vivo para hablar, compartir, aprender y divertirnos en torno a las plantas.

¿De dónde viene el nombre Orangerie?

Orangerie es, literalmente, “naranjería” en francés, aunque también significa invernadero. Estos invernaderos surgen en Francia, inspirados por los jardines del Renacimiento italiano para poder cultivar especies de climas más cálidos. Por un lado, el invernadero como un lugar de cuidado y experimentación, ya suena a lo que quiero hacer en Orangerie. Además, cuando hablamos de “hombre renacentista” nos referimos a una persona que tiene muchas inquietudes y eso, precisamente, es lo que quiero que sea Orangerie, un “espacio renacentista”. En Orangerie van a ocurrir muchas cosas en torno a las plantas, pero desde la inquietud por lo botánico, lo artístico, lo gastronómico, lo artesanal

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¿Qué ha sido lo más difícil de sacar adelante Orangerie?

Lo más difícil ha sido empezar un proyecto desde cero, porque nunca antes había decidido emprender por mi cuenta. He tenido que ir aprendiendo poco a poco cómo se hacía todo, pero he tenido mucha gente alrededor que se ha ilusionado con mi proyecto y me han ayudado en lo que he necesitado. En todo este proceso también me he encontrado con sorpresas, como saber que Chipiona es una de las mayores productoras de flor cortada de Europa y, sin embargo, muchas de ellas van directamente a Holanda. Me gusta tener proveedores locales y que podamos contar con flores a las que no estamos tan acostumbrados, pero que están cultivadas a pocos kilómetros.

¿Por qué centrarte en plantas diferentes, menos usuales…?

Esto, en parte, tiene que ver con mi experiencia con los viajes. Si viajas a Japón, por ejemplo, y te gusta el país, al volver puedes escuchar música japonesa, leer literatura japonesa, ir a un restaurante japonés y recordar su gastronomía… Pero yo también echo de menos las plantas de los lugares a los que he ido. Para mí supone la posibilidad de hacer un viaje a otros lugares a través de las plantas que he conocido.

Talleres y asesoramiento

Sobre los talleres que se impartirán, ¿qué tienes ya asegurado y qué ideas seguro que entrarán en el calendario?

Orangerie es un espacio para que pasen cosas y compartamos conocimiento en torno a las plantas desde diferentes perspectivas. En este sentido, estamos preparando talleres de esquejes, ikebana, o de cuidado de plantas de interior para aquellas personas a las que tienen plantas en casa, pero no solo eso. También vamos a tener talleres relacionados con las plantas, pero desde una perspectiva más amplia, como coctelería a través de los destilados del agave (tequila o mezcal) o cestería castellana.

En Sevilla hay una comunidad creativa muy activa y muy diversa que se inspira de distintas disciplinas

Y has apostado por tener también publicaciones del mundo de la botánica, la moda, el arte… Es Orangerie un lugar para las mentes creativas? Para buscar y encontrar a las musas?

Tengo la suerte de estar rodeado de muchas personas creativas. En Sevilla hay una comunidad creativa muy activa y muy diversa que se inspira de distintas disciplinas. La música puede inspirarse en la pintura, ésta en lo escénico y lo escénico en el cine, por ejemplo. En este sentido, creo que las flores y las plantas forman parte de lo creativo y también pueden ser una fuente de inspiración.

 

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El espacio en el que está Orangerie ha tenido empresas muy creativas anteriormente, la última Little. ¿Qué queda de esa esencia en este proyecto nuevo?

Además de su espacio de trabajo, Little ha conseguido que este lugar sea un punto de encuentro. Durante los dos años que Pablo ha tenido su estudio en este local, ha habido exposiciones, todo tipo de reuniones e incluso fiestas (cuando se podía). Esa esencia de espacio abierto en el que ocurren cosas es algo que quiero mantener. Lo que sí va a cambiar es el aspecto del local. He contado con los arquitectos María Amador, Julio Sánchez y Mario Montero que han sabido adaptar el espacio a las necesidades de Orangerie a la vez que han hecho una apuesta estética que supiese reflejar su esencia.

¿Cómo habéis trabajado ese cambio y decoración de Orangerie?

El espacio interior tiene como hilo conductor el barro, usado tradicionalmente en Andalucía para ensolar las terrazas con piezas cerámicas. Todos tenemos en nuestro imaginario una azotea llena de plantas y lo que ellos han conseguido es que ese mundo entre dentro, descontextualizándolo y llevándola a las paredes, al suelo y a los muebles. Otro punto a destacar de la intervención es la recuperación de la fachada. Este elemento nos ha contado, a su manera, toda la historia que este espacio lleva a sus espaldas. Fuimos descubriendo todas las capas, asociadas a cada una de las historias que aquí sucedieron, con una espátula, decapante y mucha paciencia. Cada fin de semana se acercaban amigos para echar una mano y vimos, que ya desde su inicio, Orangerie está siendo un punto de encuentro y de reunión.

Durante la pandemia hemos valorado más que nunca los balcones, terrazas, jardines… ¿Por qué crees que el humano necesita esas zonas de contacto con el exterior y la naturaleza y también las plantas que solemos poner en ellas?

El año pasado nos perdimos la primavera. Sabíamos que estaba ahí fuera, pero no podíamos disfrutarla. Yo creo que la naturaleza siempre ha sido importante para nosotros, pero no nos hemos dado cuenta hasta que no hemos podido disfrutarla. Ahora, cuando voy a casas de amigos, veo que suelen tener más plantas que antes y no puedo evitar darles consejos o cortar alguna hoja seca, como hacía mi abuela en los patios de sus amigas. El acompañamiento de las plantas es algo importante, por eso en Orangerie queremos asesorar a los clientes en qué especie les conviene según el espacio en el que la van a tener o el tiempo que quieren dedicarle.

Cuál es tu planta y tu flor favorita

Mi planta es la maranta y la flor, el ranúnculo.

Fotos: Miguel Jiménez

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