Entrevista a la diseñadora de joyas que colabora con los grandes diseñadores andaluces aportando el toque final a sus looks
Nos reunimos con Esther Amo para desayunar por La Alfalfa, llega en bici y pedimos zumo de naranja natural. Sus manos hablan de su profesión, tiene callos y (aunque le encantaría) la manicura no le dura más de un par de días. Esta diseñadora de joyas de Córdoba afincada en Sevilla es una de las creadoras más demandadas por los diseñadores de moda andaluces.

Comenzamos charlando de cosmética ecológica, su próxima cita de la mañana, para seguir con las preguntas y el motivo por el que la entrevistamos, Amo arty jewels: la artesanía y el diseño de complementos que la han convertido en un referente nacional.
¿Cómo llegaste a ser diseñadora de joyas?
Soy cordobesa, y allí la platería y la joyería forman parte de la economía de la ciudad. Estuve en la escuela de arte y oficio, también he sido pintora desde pequeña, conocí la especialidad de orfebrería y la hice. Después me vine a vivir en Sevilla y aquí hice dibujo publicitario y decoración, estuve trabajando en eso mucho tiempo y de repente me volvió a surgir el tema de los complementos. Empecé con abanicos que han llevado muchas personalidades importantes desde Naty Abascal a la madre del Rey o Rocío Jurado.
¿Cómo eran esos abanicos?
Con temas taurinos, pero no al uso. No era el típico de souvenir. Podía tener el retrato del torero con profundidad, colores llamativos como el del albero, el capote, etc. Siempre pensé en ampliar y hacer algún accesorio más, incluso pensaba en complementos masculinos pero al final nunca lo hice. Se quedó la cosa un poco más parada y en 2009 vuelve a resurgir la creatividad pero con joyería.
¿Cómo fue esa primera experiencia?
Empecé con cinturones, es por lo que casi todo el mundo me conoce al principio. Fueron accesorios muy contundentes y grandes, aposté por versiones XL de cada cosa que hacía, anillos, collares, cinturones…
Entonces no estaba tan de moda
Pues no. Pensé que no quería hacer algo que ya hacía la joyería fina, pretendía hacer algo más de moda, más de editorial. Lo que sale en las revistas es lo impactante. Llevar un simple vestido y de repente tener un accesorio que sea el que llame la atención de tu look.

¿Cómo desarrollas tus colecciones?
Al haber estudiado orfebrería conozco las técnicas y las puedo llevar a cabo y lo he hecho, pero también acudo a talleres expertos donde me reproducen piezas de fundición que yo no puedo. Yo modelo o hago prototipo, después lo llevo a que le den forma con materiales nobles. No es oro, ni plata pero es bronce, que tiene sus cualidades. Algunas piezas las baño en oro, en plata hago menos supongo que porque el oro es así más nuestro. A la mujer andaluza le gusta tener un toque dorado porque es como con las mujeres antiguas con los corales, los broches… La mujer latina es muy visual y muy llamativa.
¿Tenemos las andaluzas muchas joyas?
Sí, tenemos muchas. A la andaluza le encanta adornarse. En Sevilla sobre todo hay un arraigo a tener tu mantilla, tu peina, los corales, el marfil, unos buenos pendientes, tu buen reloj, sortija de pedida, las joyas de la familia, un collar de perlas…
Antonio García y Fernando Claro fueron los primeros que me llamaron
¿Cómo afecta la bisutería low cost?
El low cost es masivo y muy uniforme, por eso productos como los míos entran por su toque diferente. El low cost puede hacer algo similar o copiarlo, pero la verdad es que todos estamos bajo las mismas influencias y más o menos vamos con una misma dirección y visión, de ahí las modas. Por eso es normal que haya productos que sean un boom, se adapten y se copien con otros precios y otras calidades. Yo, por ejemplo, cuando trabajo hago una pieza artesanal, con sus horas de trabajo, es un precio mayor que el low cost pero es algo único.
Una de las colaboraciones más recientes es la que hiciste en la última colección de flamenca de Vicky Martín Berrocal. Esas flores metálicas doradas son inolvidables…
Sesenta flores de latón que yo misma hice a mano. Nos reunimos unas cuatro veces, ella me explicó que quería flores, vimos cómo se podría hacer y lo pusimos en práctica con los prototipos y cuando se da el OK, ya se hacen. En el caso de Vicky y lo que normalmente ocurre es que acuden a mi como proveedor o experto y ella compra la colección.

Pero hay muchas otras colaboraciones con grandes diseñadores que han marcado tu carrera
Cuando saqué la primera colección dos diseñadores de Sevilla me llamaron. A Fernando Claro le hice piezas de entramados orgánicos y hojas muy acorde con la arquitectura sevillana, para tapar unos bodies transparentes espectaculares. Inmediatamente, como tenía más piezas en las que estaba trabajando, pasé a algo más minimal como bolas, esferas, un chaleco dorado de metal con ondas muy naif, que contrastaba el metal frío con la onda infantil… Antonio García las quiso y desfilaron con su colección en 2010 en Madrid. Mi segunda colección también fue con Antonio García, con pulseras, cinturón, collares… Se movieron bien y salieron en varias revistas.
¿Tener el apoyo de un diseñador ayuda mucho?
Sí. Pero creo que me ayuda a mí y a él. Esa colaboración se pide para eso, él me deja a mi un soporte para mi pieza y yo a él un adorno para la suya. Hay mucho colaboracionismo hoy en día, es la parte de comunicación y visibilidad. Está funcionando muy bien. Se hacen porque fomentan y ayudan a ambas partes.
Son dos sectores que se necesitan
Por supuesto. Yves Saint Laurent, Valentino, Chanel y muchas más firmas importantes siempre han tenido casas que les hacían los accesorios, ahora es cuando comienzan a hacer sus propias colecciones de complementos. Toni Benitez vendía colecciones a diseñadores franceses, creaba y se iba como un diseñador o proveedor más. Mi querido amigo, al que adoro, ha sido un referente porque ha trabajado en Suiza, Francia, Puerto Rico y muchos sitios siempre con su creatividad total para ayudar y adornar que es para lo que sirve el complemento.

¿Es más complicado el mercado de joyas que textil?
No, pienso que la ropa es la ropa, hay que vestirse para todo. Hay muchísima oferta, es más fácil destacar cuando te especializas en algo y creo que es más fructífero. Hay que invertir en tiempo, en comunicación, en marketing… Yo no tengo mucha prisa, soy una persona que va despacito y con buena letra.
Mi sello se nota rápido porque es diferente, por la calidad, la forma y sobre todo por la dimensión
¿Cuáles son tus próximos objetivos?
Colaboro con más diseñadores como Roberto Diz, él me ha hecho varios encargos para particulares, esos no llegan a verse. Y para mí muchas veces el tener un trabajo y que alguien confíe en mí sin la necesidad de hacer un desfile es mucho mejor, esa constante es mejor que estar en el candelero. Una novia para Balbina Arias y también con Daniel Rabaneda, es un gran artista y me encanta todo lo que hace, llevamos todo el verano trabajando juntos. Es un trabajo entre dos muy bonito, sobre todo con diseñadores como él que te dejan ser tú misma.
¿Se puede seguir siendo una misma diseñando para otros?
Soy capaz de hacer cosas que se adaptan a la dirección artística de un diseñador y por otro lado hacer piezas de mi identidad. Muchas empresas me piden un producto concreto y yo se lo hago sin aparecer para nada, soy un taller. Lo importante es que el trabajo fluya, que guste y que confíen en mi.
¿Cómo se identifica tu estilo?
La verdad es que evoluciono todo los días. Ahora estoy en plena transición, me apetece hacer algo más radical, con más fuerza y simbología. Pasé de hacer florecitas y vegetación, lo que vemos ahora por todas partes, yo no creo que haya sentado cátedra, pero pienso que yo ya he salido de eso y quiero hacer otra cosa. Estoy buscando colecciones más carismáticas y mi sello se nota rápido porque es diferente, por la calidad o por la forma, sobre todo por la dimensión, siempre intento extrapolarla. Ahora mismo busco algo original, pero sin pasarme, no una pasarela sin sentido.

¿Nada de minimalismo entonces?
El «minimal» también tiene mucho contenido. Cuando buscas algo vas quitando capas y capas hasta llegar al fondo. Tenemos eso del «menos es más», pero sin pasarnos.
¿Es el cinturón la pieza que más te gusta crear?
Un cinturón marca la diferencia, está en la mitad, remata cualquier look de abrigo, pantalón, vestido… No hay algo que me guste más o menos, pero pienso que el cinturón es un artículo que funciona muy bien y para todo. Mi búsqueda es diseñar colecciones fáciles de llevar pero con mucha carga creativa.
A veces noto que la gente se disfraza porque se recarga demasiado
¿Tienen mucha importancia los pendientes?
Para muchas mujeres sí, pero para mí no. Creo que solo en ocasiones especiales y puedo salir prácticamente todos los días sin pendientes. Hay looks que no los necesitan, a veces es hasta más elegante. Pueden estropear el escote, hacer que tu cuello parezca más corto o más largo, crear un look demasiado retocado… Un accesorio puede llegar a sobrar.
¿Cuáles son las claves para llevarlos bien?
A veces noto que la gente se disfraza porque se recarga demasiado. Hay que saber equilibrar y combinar. Si llevamos cinturón, pendientes, tocado, bolsos, zapatos… A veces en las bodas me asusto. Muchas veces hay que saber hasta donde hay que llegar.
