La flamenca recupera el mantón de Manila

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  • HACE 6 años, 10 meses

Las mujeres vuelven a pasear por el real de la Feria con este complemento que llegó en barco vía Filipinas

 

Mucho se ha escrito sobre el mantón de Manila, que a pesar de sus años vuelve a estar de moda esta Feria de Abril. Originario de China, llegó desde Manila a España, donde se añadieron los flecos y alcanzó su esplendor. Pronto llegó a ser un símbolo de elegancia que pasó por todos los ciclos de las modas y fue incluido entre los motivos elegidos por grandes pintores de la época. Más tarde el flamenco lo adoptaría como complemento propio.

Aunque este año regresan como complemento del traje de flamenca, es difícil conseguir un mantón de Manila original (realizado entre 1860-1930) a un precio asequible, ya que son de seda natural y sus bordados originales realizados de una manera manual tendrían un valor casi incalculable. «Los de mayor calidad fueron bordados por hombres y llegaban a España en un barco al que llamaban «El Manila», y de ahí también el nombre», dice José Rojas, el anticuario y especialista en mantones de Manila José Rojas.

Mantones de Manila de José Rojas
Mantones de Manila de José Rojas

Para Rojas, que colecciona mantones desde que tenía 15 años, «desde hace tres años se compran mucho más este tipo de mantones, y la demanda crece un 20% cada año. Hablamos de mantones de Manila pequeños y cuadrados, debido a que el grande no tiene uso actualmente», añade. Todo un mundo rodea al mantón, ya que «los motivos han evolucionado según la moda y los gustos de cada país. En España los más buscados son los que tienen como motivo racimos de uvas, hojas de parra y glicinias», que pueden encontrarse mantones pequeños por unos 250 euros.

Complemento antiguo

En El baúl de mariquilla se pueden encontrar todo tipo de complementos antiguos para la Feria. Sus responsables afirman que «para reutilizar una pieza estropeada se corta en tres o cuatro partes, se restaura y se vende como mantones de flamenca. Se trataría de cuadrados pequeños adaptados a un look actual sin que pierda su sabor».

Un mantón de Manila antiguo de unas dimensiones 150 x 150 cm puede tener un precio medio que oscila entre los 1.200 o los 3.000 euros, mientras que un mantón pequeño tiene un precio aproximado de 225 euros. El principal motivo para dividir un mantón antiguo en cuatro partes sería el deterioro, la división (una herencia), el precio o porque ha dejado de usarse el de tamaño grande.

Bordado artesanal

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Mantón de Manila de Lina

En los años 80, Francisco Montero, fundador junto con su mujer de la firma Lina, adquirió en una feria una máquina de bordado artesanal que permitía el bordado en hilos de seda para la elaboración de mantones de Manila.

Diseños exclusivos

Para la firma Lina, «esta fórmula, que exige mucha precisión y práctica, permite realizar diseños exclusivos que se adaptan a los trajes de flamenca». El precio oscila entre los 100 y los 1.500 euros en función del tamaño de la prenda, el bordado y los colores utilizados en su elaboración.

También han aparecido en el mercado mantones bordados que imitan diseños antiguos. Este tipo de mantón se suele fabricar en Asia y empresas locales se encargarían de teñirlos o flecarlos. Cuenta la diseñadora Rocío Olmedo que «no me gustaban los bordados que veía y comencé a ofrecer mantones de algodón teñidos de forma natural y manual con bordados del mismo color. Son tonalidades de colores personalizados que utilizan bordados muy conseguidos donde se cuida mucho el brillo». Son triangulares con un ancho mayor de 130 cm y el precio aproximado del mantón con bordados del mismo color es de unos 100 euros, «siendo el de mayor éxito, una temporada más, el de color buganvilla».

Una prenda rejuvenecida

Para la catedrática de Antropología Social de la Universidad de Sevilla y directora de la UIMP Sevilla, Encarnación Aguilar, autora de «Las bordadoras de mantones de Manila de Sevilla. Trabajo y género en la producción doméstica», «los mantones de Manila nunca han dejado de estar de moda». Siempre se han llevado en la Feria, aunque durante un tiempo su uso estuvo vinculado a personas mayores y ahora también lo están utilizando la gente joven».

Para Aguilar, «la moda flamenca lo ha introducido a las nuevas modas, revitalizando esta prenda porque la ha ido adaptando e innovando. Nunca se había perdido, sino que la gente joven lo ha adaptado e incluido como complemento del traje de flamenca», afirma.

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