Carmen Plaza Vidal e Isabel González Bourrellier unieron fuerzas e ideas hace dos años con la intención de crear una marca de moda de baño infantil. A principios de febrero se hizo realidad, lanzaron la página web y tienda online de To the moon. Hablamos con Isabel para conocer los detalles de esta nueva empresa sevillana que nace con la idea de llegar a vender a nivel internacional y cubrir las necesidades que, como madres, han encontrado en el mercado.
«Desde que tienes hijos te entra la inquietud, yo me dedico al diseño y la publicidad, de hacer cosas para niños, tener tu marca… Yo llevaba tiempo con ganas de hacer algo y cuando Carmen me contó la idea de hacer bañadores lo ví muy claro», explica Isabel. Lo primero que nos llama la atención de To the moon es su estilo, minimalista y sobrio, pero con originales estampados, diseñados por las propias creadoras de la marca.
«No pensábamos que iba a tener tan buena acogida y de repente nos hemos visto con un montón de pedidos y de trabajo», explica Isabel. De momento no han dejado sus trabajos, pero sí que empiezan a delegar tareas y a invertir noches y fines de semana por este proyecto que ya empieza a darles alegrías. Son las madres previsoras, que no se quieren quedar sin tallas, las que ya han hecho sus compras y algunas tallas de algunos modelos se les han agotado.
Vimos que no había bañadores normales, sin artificios, a un precio razonable y del mismo modelo con tallas para todos tus hijos
¿Qué es lo más importante para lanzar una marca de moda online? «Desde el principio tuvimos presente que la imagen de marca era clave, movernos en redes sociales, con bloggers… Por muy buen producto que tengas, si no lo mueves bien y no lo das a conocer de una forma visualmente atractiva, al final se te queda ahí», responde. Por eso han preparado con mucho cariño e ilusión la sesión de fotos con la que han presentado su primera colección. «Mis compañeros de La Azotea, estudio creativo en el que trabajo, me ayudaron mucho, fue muy divertido aunque también duro. Todos los modelos son nuestros hijos, sobrinos, amigos… Entre todos echamos una mañana de locos pero conseguimos buenas fotos al final».
Le preguntamos por qué se decidieron por los bañadores y no otro sector de la moda infantil. Según Isabel, es difícil trabajar con la moda de baño porque la lycra es un material complicado para la producción. «Vimos que faltaban bañadores a un precio razonable y que pudieras tener el mismo para todos tus hijos», explica. Asegura que en el mercado no encontraban «bañadores normales sin mucho artificio ni floripondio» y encontraron su nicho. Tienen los mismos modelos desde la talla 0 a la 14, para niños y niñas.
Hasta la luna
El nombre de la marca, nos cuenta, viene de una expresión que utiliza con su hija Lola para hablar de cuánto se quieren. «Estuvimos dándole vueltas al nombre mucho tiempo y un día le dije a Carmen que si le gustaba To the moon y le encantó. Es por todo lo que se les quiere, lo que somos capaces de hacer por un hijo y que no te planteas hasta que eres madre». Decidieron traducirlo al inglés por esa posible internacionalización en un futuro y para «el mundo de las redes sociales».
Para los que quieran comprar estos bañadores, pueden hacerlo en su página web, también tienen un punto de venta en Sotogrande y abren una pop up store durante los días 2, 3 y 4 de marzo en Sevilla (en Felipe II número 32). «Nos han llamado de otras tiendas pero por ahora no vamos a hacerlo, puede que el año que viene sí. También queremos ir a Madrid y al norte para presentar la marca».
El más vendido ha sido un bañador gris antracita
De estas primeras semanas de ventas han aprendido muchas cosas que mejorar e implementar para la próxima temporada en la que ya están trabajando. Incluirán bikinis para convencer a las adolescentes, también bañadores para hombres (algunas madres los han pedido a juego del de sus hijos y les dieron la idea) y mantener la línea del bañador estrella: el gris antracita con volante. «A las madres les gusta llevar a los niños con un estilo diferente pero iguales entre ellos, ya hay mucho de lo mismo y por eso hemos tirado por ahí». Uno de sus retos es conseguir que un mismo estampado sirva para un bebé y guste a una niña de 14 años.
Isabel nos cuenta que han tardado dos años en poner en pie el proyecto porque no querían llevar la producción de los bañadores a China u otro país. «Ha sido dificilisimo encontrar cortadores, talleres, patronistas, etc que trabajen la lycra en España. Y seguimos buscando talleres porque tenemos que aumentar la producción para la siguiente temporada y necesitamos diversificar».