Aunque ha sido la alfombra roja más larga de los Premios Goya, 74 metros en total, no pasará a la historia la celebrada en Sevilla por ser la mejor vestida. No ha sido una «red carpet» de extremos, de mejores y peores de forma categórica. Muchas de las invitadas se han movido también en un tímido centro en el que todas aprueban, por supuesto, y donde se valora la elegancia desde formas y diseños a los que estamos acostumbrados. Por tanto, no suponen un salto cualitativo en moda. Ahí han jugado María Adánez, Leonor Watling, Nathalie Poza, Sara Sálmano, Blanca Romero, Toni Acosta, Manuela Vellés o Cayetana Guillén Cuervo.
Hay dos menciones especiales para dos damas del cine español que han resuelto con un minimalismo tan elegante que se convierte en la mejor de las opciones: Marisa Paredes y Susi Sánchez. La primera con un vestido blanco de Dior realmente favorecedor, la segunda vestida por Lexdeux con un diseño color vino que remataba con un lazo trasero en clave chic.
Entre las arriesgadas a las que agradecemos su osadía por permitirnos comentar y valorar sus estilismos tenemos a Najwa Nimri con vestido plateado de flecos y chaquetilla de estilo torero de Gucci. Aunque a priori la información es desbordante, curiosamente la personalidad de la actriz abraza el look y lo defiende sin problemas. A veces, más es más.
Tener a Penélope Cruz sobre la alfombra roja siempre genera expectación. La madrileña, sin embargo, pareció querer lanzar un mensaje de serenidad con un diseño de Chanel (su firma de cabecera en grandes ocasiones). Su vestido gris con parte superior de tipo chaleco con cinturón y falda de corte sirena plisada le sentaba como un guante. No hay discusión al respecto, pero lo cierto es que no es el mejor look, ni siquiera el top 10, de la nominada por «Todos los saben».
Tendencias 2019
Dos piezas como el de Anna Castillo (firmado por Jorge Acuña) rojo y en clave minimal. También el de Yolancris en encaje blanco (perfecto para novias) que lució Cristina Castaño. Pese a ser el momento de los trajes de chaqueta femeninos no fueron muchas las actrices que lo abrazaron, la ganadora al Goya como actriz de reparto, Carolina Yuste, con traje de chaqueta arquitectónico de Roberto Diz. La sevillana María León, no llevó traje, pero sí optó por un mono con capa de Juanjo Oliva.
De Rosalía se esperaba algún diseño digno de la súperestrella en la que se ha convertido. Sin embargo, optó por un vestido corto de tipo kimono de Juan Vidal que combinó con botas altas «over the knee». ¿Demasiado sobria con ese look total black en este tipo de evento? Probablemente sí. Guardaba un as estilístico bajo la manga para su actuación -brillante y emocionante (¿lo mejor de los Premios?)-. Un vestido rojo con juego de transparencias elegante y sofisticado, ideal para su versión de «Me quedo contigo».
Fíjate en…
- De las chicas de Teresa Helbig destaca sobre todo el look final de Macarena Gómez. La diseñadora catalana, que se acaba de llevar el premio a la mejor colección en la pasada edición de la pasarela Cibeles, vistió también a Cristina Brondo y Leticia Dolera.
- El abrigo de con mangas de flecos de Rozalén, firmado por Juana Martín. Quizá el look completo no funcionaba del todo por la mezcla de cremallera en top, botines, el estampado… Apostando por algo minimal de fondo habría resaltado el diseño de la cordobesa. También con abrigo, y apostando por Leandro Cano, apareció una Mariola Fuentes demasiado «informal» pese a la delicadeza y valía del original diseño estampado del jiennense.
- Silvia Abascal y Paz Vega confiaron en Marchesa para sus vestidos. Ninguna pasó desapercibida, quizá en la batalla del estilo ganase la primera por la dulzura que transmitía su diseño. Menos rococó que el de la sevillana. Por otra parte, y como es habitual en estos premios, brillaron las lentejuelas. Las del traje de flamenca que se colocó Rossy de Palma (de Alejandro Postigo), pero también las Belén López que eligió al joven diseñador Manuel Zerpa (Premio Revelación Bulevar Sur 2018). Y las lentejuelas fucsia de Loles León, las multicolor de Lucía Jiménez o las degradadas de Eva Llorach entre otras.
- Dos vestidos curiosos y originales. El Christian Dior de Manuela Velasco y el Paco Rabanne de Amaia Romero (ganadora de OT). Dos opciones que en principio no parecen ideales para una alfombra roja. Diseños de detalle, de mirar de cerca. El primero muy femenino, de corte midi, con mini volantes, palabra de honor y un delicado tejido bordado. El segundo más punk, estampado, con cadenas… Aires antagónicos entre sí, pero igualmente enriquecedores para la pasarela al fin y al cabo.
Un año más la alfombra roja de los Premios Goya nos recuerda la subjetividad inherente a la moda. Y a cualquier tipo de arte. Con la perspectiva de la historia, las colecciones actuales, las tendencias internacionales y el protocolo de un evento de estas características los medios especializados analizan los looks. Obviamente entra el juego la visión de la periodista que, por otro lado, argumenta cada comentario positivo o negativo.