Dentro de un programa experimental, cinco personas entrarán cada semana en la cueva de Altamira. Un paseo en imágenes por el testimonio gráfico de la primera visita desde hace 12 años
El director científico del Programa de Conservación de Altamira, Gaël de Guichen acompañado por las cinco personas que entraron con él
Un momento del sorteo para entrar en la cueva
Los elegidos, antes de enfundarse los monos
La visita se prepara a conciencia para no contaminar la cueva
Todo dispuesto para comenzar
El ingreso a la cueva para una visita de 37 minutos
Último gesto de despedida antes de iniciar el viaje en el tiempo
Otra vista de la entrada a la cueva
Los bisontes esperan
Todos envidian a los elegidos, esperando la salida y el relato de su viaje
A los 37 minutos comienzan a salir, con la emoción de haber visitado la «capilla sixtina» del arte rupestre
Los elegidos, felices tras contemplar los viejos bisontes de Altamira