La nueva variante del compacto de la hélice navega a medio camino entre la berlina (sobre la que supone un coste adicional de entre 3.000 y 4.000 euros) y el familiar Serie 3 Touring. Se trata de un interesante vehículo por versatilidad, gracias a su portón trasero y, sobre todo, capacidad interior: sus plazas traseras son soberbias.
BMW ofrece el Serie 3 GT con tracción trasera y total xDrive, según motores.
El Serie 3 GT también es más caro que el Serie 3 Touring: unos 1.300 euros.
Como si del Serie 5 se tratase, el Serie 3 GT juega con un amplio y versátil portón trasero.
El dinamismo del Serie 3 GT es sjmilar al de un Serie 3 berlina, por ejemplo.
El gasolina equiparable al 320d de 184 CV es el 320i, de idéntica potencia.
Sólo hay dos diésel para el Serie 3 GT: 143 y 184 CV.
La longitud exterior del Serie 3 GT es de 4,82 metros.
La versión Luxury cuenta con llantas de 18 pulgadas, en la imagen.
Las puertas de la Serie 3 GT carecen de marco superior: las ventanillas quedan al aire, como en los coupés.
Intermitentes LED integrados en los retrovisores exteriores para el Serie 3 GT.
El nivel Luxury es, como apunta el nombre, el más lujoso. También lo hay Sport y Modern.
Los faros de xenón dobles suponen un extra de 841 euros para el Serie 3 GT 320d.
El alerón trasero del Serie 3 GT se despliega a elevada velocidad para ganar sustentación.
El puesto al volante esencialmente el de otros Serie 3. La calidad es muy buena.
La ergonomía del Serie 3 GT es muy favorable, con independencia de tallas o corpulencias.
Los 6 cm extra en el hueco para las piernas de los pasajeros traseros se notan mucho sobre el Serie 3 berlina.
La funcionalidad del Serie 3 GT es casi la del Serie 3 Touring. El maletero parte de unos soberbios 520 litros, hasta 1.600.
Con el Serie 3 GT BMW hace la contra a modelos tipo Audi A5 Sportback, esencialmente.
Aunque con 1,51 metros es alto, el Serie 3 GT resulta más estilizado que el Serie 5 GT, más «apartoso».