![]()
En los albores del siglo XV, en Las Rocinas, tuvo lugar el hallazgo de la Virgen del Rocío. Un cazador de Villamanrique, alertado por el nerviosismo de sus perros de caza, fue el afortunado. En un hueco del tronco de un viejo árbol se encontraba una pequeña escultura no más grande que una vara. El manriqueño quiso llevar la imagen consigo, pero aquella posesión seguro le traería problemas. Devolverla al lugar en el que permaneció escondida por el tiempo era la mejor idea. Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que tenía entre sus manos: se trataba de la imagen de la Virgen, en su espalda podía leerse, según cuenta la leyenda, «María de los Remedios me llamo».
| Ir a la página siguiente > |