Los diez mejores juegos retro para Android

Uno de los clásicos más potentes de la antigua consola Neo Geo es este Blazing Star, un juego de clásico naves espaciales en el que se trata básicamente de arrasar con todo lo que salga en pantalla, porque todos son enemigos. Puedes elegir entre seis modelos diferentes de nave, cada una con características propias, y lo mejor de todo, se puede jugar con doble jugador, como se hacía en las máquinas recreativas, vía conexión Bluetooth.

Y vamos ahora en un viaje en el tiempo ni más ni menos que hasta 1985, año en el que salió para ordenadores el juego de tanques Tank Battle City. Lo que más me gusta de todo es que han mantenido los mismos gráficos, píxeles enormes para dar forma a los tanques y a los mapas. Crea el mapa de una ciudad y utilízala para esconderte y emboscar a tus enemigos, conviértete en el último superviviente y consigue la mayor puntuación.

Pitfall es una aventura que os recordará a Temple Run, pero que nació en 1982. La adaptación del juego ha cambiado mucho el aspecto del original y prácticamente lo que mantiene es el nombre, el protagonista y el espíritu de loca huida a través de la selva. Ya sea corriendo o en tu vehículo, tendrás que escapar de la furia del volcán mientras recoges tesoros y esquivas los peligros ocultos, como volcanes, precipicios o serpientes.

Allá por 1992, cuando la Expo de Sevilla y las olimpiadas de Barcelona, Konami quiso explotar el auge de los juegos de lucha como Street Fighter aprovechando al mismo tiempo a los sempiternos mutantes de la Patrulla X, sacando este juego de lucha uno contra uno de los X-Men. Elige personaje de entre los más conocidos de la saga, como Lobezno, Cíclope o Coloso, y utiliza sus poderes especiales para derrotar a todos los supervillanos.

Volvemos a remontarnos a la era en la que te bastaban 20 píxeles para dibujar un personaje para hablar del clásico Legend of Yore. Se trata de uno de los creadores del movimiento RPG, donde podías elegir entre el guerrero, el arquero y el mago y ver evolucionar una seria de parámetros bastante básicos. Muévete a lo largo del mapa para desentrañar la aventura de este fantástico mundo pixelado y lleno de color mientras vas subiendo de nivel.

Pero no podíamos avanzar en esta lista sin hacer mención al clásico retro por excelencia, el Pac-Man. Si tu sueño ha sido siempre el convertirte en una especie de bola de tenis gigante con una enorme boca y aficionado a la fruta, entonces este es tu juego. Muévete por interminables laberintos y cómete toda la fruta de la pantalla y, cuando la situación te lo permita, cómete a los fantasmas que te persiguen.

Y ocupando posiblemente el segundo puesto del ranking de juegos retro más jugados, encontramos al Tetris. La compañía desarrolladora de juegos EA se ha encargado de cogerlo y modernizar los gráficos que, aunque siguen siendo 2D, podéis llamarme nostálgico, pero me gustaba más el sabor de los gráficos del clásico. Aun así, la dinámica no ha cambiado. Crea estructuras perfectas para que no se te llene la pantalla y consigue la mejor puntuación posible.

Este juego nació para consolas Amiga en 1991, aunque después se pudo encontrar en diferentes plataformas. Me gusta la adaptación que han hecho de Another World, porque puedes optar por los gráficos 2D antiguos y un control de pad direccional clásico, o ver el juego con gráficos remasterizados y mandos adaptados a dispositivos Android. Embárcate en esta aventura que causó furor en los noventa, con Lester Knight viajando por un mundo desconocido.

Y seguro que los amantes de los shooter en primera persona recuerdan el mítico Duke Nukem 3D, el juego de disparos más gamberro de los noventa. Encarna a este antihéroe que se mueve por las calles de Los Ángeles en medio de una invasión alienígena.  Consigue munición y nuevas armas para enfrentarte a enemigos cada vez mejor equipados y arráncale el corazón al jefe alien y después… bueno, tendréis que verlo para saber qué pasa.

Y terminamos por otro clásico de esos de cuando las consolas de juegos no daban para más, Frogger. Tan sencillo como hacer que una ranita cruce la carretera sorteando a los coches, y después cruzar el río evitando a las hambrientas ranas y saltando de tronco en tronco. Ya está. No hay más. ¡Pero es que así eran los ochenta! Sin embargo puede que se vuelva en un juego adictivo al que no puedas dejar de jugar.