El batacazo de la selección española obliga a una reflexión interna que ya está en marcha y que este mediodía en Madrid dará a luz sus primeras consecuencias con la comparecencia pública del presidente de la Federación, José Luis Sáez. Será difícil que el mandamás del baloncesto español confirme hoy el adiós de Juan Antonio Orenga. Este tipo de decisiones suele tomarlas en frío, pero parece difícil que el castellonense continúe en el cargo. Varios jugadores han confirmado en privado que no continuarán en el equipo si lo hace el técnico, con el que no existe química y al que algunos, como Navarro, ya señalaron con el dedo tras la derrota ante Francia. El futuro se escribe sin Orenga, porque el pasado reciente está teñido por su gestión fallida del grupo.
Sin plan B en el primer duelo igualado
Se hartó de decir que tenían todo previsto. Que esta vez sí –en referencia a los partidos apretados que perdieron en el pasado Europeo– había jugadas listas para poner en funcionamiento si venían mal dadas, pero a la hora de la verdad los planes de Orenga no existieron. El juego de la selección ante Francia fue caótico e individualista, sin apenas variantes defensivas y muy previsible en ataque, donde los últimos minutos solo se buscaba a Gasol. El seleccionador recibía además un palo del capitán nada más acabar el duelo. «No hemos preparado bien el partido», dijo Navarro. Palabras lapidarias que ni siquiera quiso suavizar después. Ayer, Rudy Fernández mandó un mensaje de ánimo a sus compañeros a través de las redes sociales en el que no hacía mención alguna al cuerpo técnico: «Gracias a todos mis compañeros por el compromiso y por luchar hasta el final», escribió.
Mala gestión de la plantilla en el Mundial
En 2013 y tras perder en semifinales contra Francia en el Europeo, Orenga se escudó en la falta de efectivos. No estaban Pau, Navarro, Ibaka y Felipe Reyes. Quizá por eso, la medalla de bronce tuvo valor y le sirvió para seguir en el cargo. Un año después, con un equipo de campanillas –«el mejor de la historia de España», según señaló a ABC el presidente de la FEB–, el fracaso ha sido estrepitoso. El técnico no ha sabido gestionar la plantilla, en la que ha habido jugadores que apenas han participado, como Abrines, Claver o Reyes. El madridista, cuya temporada había sido muy buena, podía haber gozado de más minutos ante Francia en un partido en el que hubo evidentes problemas en el juego interior. Él es uno de los más disgustados con el técnico, pero no el único. Los bases suplentes –Calderón y Sergio Rodríguez– han cumplido un rol marginal y Rudy Fernández ha estado desplazado a una posición que no es la suya. Problemas irreconciliables que sitúan a Orenga lejos del banquillo.
En busca de un recambio a Orenga
Con ese panorama, es cuestión de tiempo que se anuncie el adiós del seleccionador, al que seguramente se le busque un lugar dentro de la Federación para que siga trabajando como lo venía haciendo hasta que tomó las riendas de la absoluta. Es un hombre de la casa y no se le dejará tirado. El casting de candidatos es amplio y entran en juego muchos condicionantes, aunque los nombres que más suenan son los de Joan Plaza, entrenador del Unicaja, y el de Sergio Scariolo, con el que la selección consiguió brillar en dos Europeos y unos Juegos Olímpicos. Aún es pronto para decantarse por una cara nueva, ya que el proceso será largo.
Alargar la presencia de los chicos de oro
La incertidumbre sobre si el de Francia sería el último partido de Pau Gasol o Navarro con la selección la despejó el pívot a media tarde de ayer. «Con las derrotas apreciamos más los éxitos. El camino continúa», escribió Pau en las redes sociales, dejando abierta la puerta a su continuidad. Habrá que ver si será el próximo verano –Europeo de Francia– o ya para los Juegos Olímpicos. Él, como Reyes o Navarro, están dispuestos a continuar, pero es clave la figura que la Federación coloque en el banquillo. Una decisión importante para la que casi siempre han tenido voz y voto los veteranos de la selección. Llegar a los Juegos de Río en 2016 es el objetivo final de una generación que lo ha ganado todo menos el oro olímpico. Logró su primer Mundial dos años después de fracasar en los Juegos de Atenas en 2004; logró su primer Europeo dos años después de caer con estrépito en la final de Madrid en 2007 ante Rusia; y en 2016, justo dos años después haber perdido en cuartos de su Mundial ante Francia, le llegarán los Juegos de Brasil... ¿con su primer oro olímpico?
Encontrar un relevo fiable para el futuro
Para lograrlo, es importante que Pau, Navarro o Calderón lleguen en buenas condiciones dentro de dos veranos, pero lo es más que el relevo que tiene que «empujarlos» fuera de la selección y obligarlos a cumplir un rol secundario se lo crea. Más allá de los Rudy, Llull, Sergio Rodríguez o Ibaka, los que de verdad tienen que dar un paso al frente y ganarse los minutos en la cancha son los que vienen por detrás. Jugadores que tienen en Abrines -infrautilizado en el Mundial- el ejemplo para seguir creciendo durante esta temporada. El puesto de base, con Ricky y Sergio Rodríguez aún en plenitud, es el que mejor cubierto está; preocupan más el perímetro y, sobre todo, el juego interior, donde tras Ibaka o Mirotic no hay grandes figuras que pidan paso de manera inmediata. Hay trabajo urgente que hacer en ese sentido.