Los jugadores de la selección llevaban un mes y medio esperando el partido contra Brasil. Después de semanas de concentración, por fin llegó el día que estaba marcado en rojo por todos. El primer envite serio del Mundial. Las buenas sensaciones exhibidas durante la preparación y también en los choques frente a Egipto e Irán fueron refrendadas en un primer cuarto sensacional en el que España le sacó los colores a los brasileños. [Así narramos el Brasil-España en directo]
El tercero en discordia en la lucha por las medallas no pudo frenar el vendaval rojo en los minutos iniciales. Las dudas, si alguien las tenía, se disiparon de un plumazo. Marc enseñó el camino en la zona, mientras que Navarro y Rudy, con sendos triples, dieron carpetazo al problema del lanzamiento exterior.
Asidos a la dirección de Ricky, vertiginosa pero controlada, España fue aumentando su ventaja ante la impotencia de Magnano, que de nuevo asistía a un inicio desastroso de su equipo. Frente a Irán y Francia el desliz fue un daño menor, pero contra España resultó insalvable.
El poderoso juego interior de Brasil –con Nené y Splitter como principales exponentes- hizo agua ante la sociedad de los Gasol. La zona se convirtió en una batalla en la que ninguno se arrugó. Lejos de su fama de blando, esa que le persigue en la NBA, Pau se fajó en la pintura y salió victorioso como reflejaban sus doce puntos al final del primer cuarto, en el que España llegó a ir ganando por 18 puntos (30-12).
La rotación de Orenga, acunada desde la grada por un público totalmente entregado, no salió esta vez relajada. El arreón de Brasil quedó en nada tras un parcial de 10-2 que comandó Calderón, aliviado cuando voló su primer lanzamiento triple y acabó besando la red. El base, irregular como en pocos campeonatos, volvió a disfrutar. Buena noticia para España.
El festival de la selección se alargó en la segunda mitad, en la que Pau Gasol volvió a reclamar para sí los focos del encuentro. Si en el primer tiempo el español se había exhibido en la zona, tras el descanso lo hizo en el perímetro, sacando a relucir su versatilidad. Tres triples casi consecutivos del pívot terminaron por derribar la débil resistencia brasileña y pusieron a todos a pensar en el siguiente partido.