La selección brasileña de baloncesto, siempre prometedora, parece condenada a cruzarse siempre con Argentina en su camino. Hace cuatro años, en el Mundial de Turquía, las dos grandes selecciones suramericanas protagonizaron un partido inolvidable en la misma fase que hoy, la de octavos de final (22.00 horas, Cuatro).
Entonces, una Argentina sin Ginóbili –igual que ahora en España– doblegó 93-89 a Brasil, un festival de puntos y de emoción. Los 37 puntos de Luis Scola fueron uno de los mayores argumentos para eliminar al equipo de Rubén Magnano, argentino, seleccionador brasileño y extécnico de la albiceleste.
Cuatro años después, Scola vuelve a ser también el mayor motivo de optimismo en Argentina. El ala-pívot de los Indiana Pacers está siendo uno de los mejores jugadores de la Copa del Mundo de España. Con 34 años en el carnet de identidad, Scola promedia 21,6 puntos –segundo máximo anotador del torneo– y 8,8 rebotes –el sexto mejor del campeonato–, incansable el exjugador del Laboral Kutxa destrozando las zonas rivales.
Scola tendrá hoy enfrente a uno de los mejores juegos interiores del campeonato: Splitter, Varejao y Nene, con la ayuda de Hettsheimeir, forman un poderoso cuarteto que hace dominar a Brasil. Por fuera cuentan, entre otros, con Barbosa, su máximo anotador, y con la magia del culé Marcelinho Huertas, autor de 32 puntos en la famosa derrota de Turquía. Entre aquel partido y el de hoy hay otro antecedente, aun más doloroso para Brasil: la victoria argentina en cuartos de final de los Juegos de Londres.
A aquel choque llegaron más parejas que nunca las dos selecciones, después de que Brasil hubiera ganado el famoso partido del «biscotto» ante España, que quería evitar cruzarse en el camino de Estados Unidos. Argentina impidió que Brasil luchara por las medallas –el equipo de Magnano terminó quinto, el mejor de los que perdieron en cuartos de final– y volvió a decirle a su rival más odiado que está por encima de él.
Ese será uno de los mayores obstáculos para Brasil ante Argentina esta noche en el Palacio de Deportes de Madrid: vencer al rival que siempre les deja fuera. Esta vez los brasileños llegan mejor que nunca, mientras Argentina, que perdió contra Grecia y Croacia en la primera fase, agota a su mejor generación. «Creo que ellos son los favoritos», dice en la previa el madridista Nocioni, que junto a su compañero Campazzo y a Prigioni son las otras grandes amenazas de la eterna albiceleste. En el aire, una plaza a cuartos de final sin que España, el coco, sea el rival.