Dante Exum llegó con un halo de misterio al último draft de la NBA. No había jugado ni en una universidad americana ni en un equipo profesional, solo en las academias australianas, y aun así las franquicias de la mejor liga del mundo estaban locas por él. Fue elegido con el número cinco por los Utah Jazz y ahora afronta su primera competición con la selección absoluta de Australia.
El año pasado torturó a España en el Mundial sub19. Un base-escolta de físico extraordinario, Exum es un torbellino, un penetrador que llega al aro en zancadas invisibles y que cuando lo tiene delante sabe decidir, porque es un pasador más que bueno.
Con 19 años, su juventud le convierte inevitablemente en irregular, más en presencia que en las decisiones del juego. Tiene dos lunares en la defensa y en el tiro exterior, también inconstante en esa última faceta. Es posible que cargarle todos los galones de Australia sea precipitado, pero Exum es, sin ningún género de duda, uno de los nombres más excitantes en la Copa del Mundo.