La garra de Argentina nunca se perderá si Luis Alberto Scola está vestido de albiceleste. El ala-pívot de los Indiana Pacers es uno de los grandes nombres de la generación de oro de Argentina, quizás el mayor por detrás de Manu Ginóbili. La baja del escolta de los Spurs le obligará a ser más importante en uno de los últimos episodios –es imposible finiquitar con certeza a esta generación– de la gloriosa selección argentina.
Scola, ya con 34 años cumplidos, ha tenido este año su peor temporada en la NBA, en los poderosos Indiana Pacers. El ex de Laboral Kutxa y Gijón Baloncesto ha jugado y anotado menos minutos que nunca, primeras consecuencias del declive físico.
Sin embargo, en un baloncesto menos físico el potencial de Scola sigue siendo alto. Un bailarín en el poste, fuerte en el rebote y con un carácter temible, el veterano ala-pívot puede demostrar en España que está capacitado para brillar entre las mejores selecciones del mundo. Nunca hay que subestimar el poder de la camiseta argentina.