Se le acabó la sonrisa a Manolo Cadenas, al menos hoy, con una noche de pesadilla de por medio. Francia fue el protagonista de los desvelos españoles. Un muro mental que tampoco pudo derribarse ayer: sobreexcitación, nervios, derrota psicológica... y mala actuación defensiva: «Perdimos las opciones por el mal inicio defensivo. En el segundo tiempo eso mejoró, pero nos faltó rematar haciendo goles. Estoy decepcionado con ese mal inicio cuando habíamos hecho un gran trabajo en los partidos previos. También nosotros hicimos goles (14-18 al descanso) y pareció que no se notaba tanto, pero fueron demasiados: 12 en quince minutos».
En el lado positivo el seleccionador remarca el cambio de mentalidad que sufrió el equipo en el vestuario: «Sabíamos jugar así de bien, pero nos faltó rematar haciendo goles (cuatro en veinte minutos). No fuimos capaces de ser eficientes contra Omeyer, que fue quien decidió el partido».
Aunque también hubo dos figuras que desequilibraron a la selección española: la pareja arbitral, los eslovenos Ljubic y Krstic. «No me gustó el arbitraje, aunque repito que los franceses fueron mejores que nosotros. Permitieron todo en un área y nada en la otra: estaban todo el rato sobre la línea, el marcaje a Julen fue excesivo. No es normal que los perdedores de las dos semifinales se quejen tanto de eso». Aunque el problema viene ya de lejos, como reflejó el entrenador: «Poca gente confiamos en el arbitraje desde hace tiempo, siempre están muy condicionados. Hay una desconfianza total y general».
Y felicitó a Qatar, brillante finalista en su Mundial: «Lo está haciendo muy bien y ha tenido rivales más asequibles que nosotros. Hay que felicitarlos por hacer algo tan grande en tan poco tiempo». Fue cuestionado sobre si la construcción del equipo qatarí desprestigia un torneo de selecciones y se mostró tajante: «Eso es obvio».




