El balonmano es un deporte en el que juegan siete contra siete y siempre gana Francia. Es un dicho adaptado a la realidad de los últimos años. Campeona olímpica en Pekín 2008 y Londres 2012, oro en el europeo de Dinamarca 2014, cuatro veces campeona del mundo, las dos últimas de forma consecutiva en 2009 y 2011. Cualquiera de sus jugadores es determinante en una jugada. NI siquiera hace falta que Nikola Karabatic tenga un buen día para que la seleccion francesa consiga lo que se propone. Es el capitán y ejerce como tal en la pista y fuera de ella. Pero le secundan grandes jugadores como Sorhaindo (20/23), Guigou (23/29) o Joli (18/23) especialista en penaltis. Y por supuesto, en la portería, Thierry Omeyer quien, a sus 39 años sigue tan ágil y guerrero como siempre.




