Está feliz, contento, a pesar de unos inicios duros. Ahora, Valero Rivera ve cómo su trabajo está dando unos frutos magníficos en una selección, la de Qatar, que empezó de cero y ya apira a todo. Una vez clasificada para los octavos de final, el reto que se le presenta es España, que conquistó el oro mundial precisamente con él en el banquillo. El momento es el miércoles 21, pero lo ha sido en estos últimos 20 meses, después de que las dificultades de entendimiento con la Federación y una desorbitante oferta por parte de Qatar inclinaran la balanza hacia un proyecto en el que ha tenidoq ue imponer su disciplina y cambiar muchos de los aspectos técnicos con los que aquí se encontró: "Sé que para ellos es muy importante esta clasificación, por eso estoy tan contento. Los jugadores también se lo merecen porque están trabajando mucho y muchas horas. Este equipo ha sido otro respecto al primer día. El día del debut, por jugar en casa, siempre tienes mucha presión. Esta Federación, este país, por todo lo que apoya al balonmano, y al deporte en general, se merece esto. Hay que ver lo que han hecho y lo que están haciendo".
Constante y riguroso con su trabajo, Valero Rivera sabe que la campeona del mundo es un equipo muy complicado, pues buena parte de su estructura la creó él en los cuatro años en los que estuvo de seleccionador. "Cuando empezó Valero -su hijo- a jugar no lo querían. Cuando me llevé a Ariño me llovieron las críticas. Yo creo que hay que pensar bien lo que pasó. Hay jugadores que se han hecho grandes en la selección porque no lo eran cuando llegaron. Maqueda no era el mismo cuando debutó que cuando se proclamó campeón del Mundo. Yo de eso me acuerdo porque sé lo que entonces se dijo. Y un apunte, creo que ahora hay más jugadores de mi empresa que antes, eso para el que lo quiera leer que lo lea, porque tuve que aguantar mucho y de una manera injusta. Afortunadamente hemos quedado campeones del Mundo porque hubo mucho trabajo", detalló.
Conoce de sobra a todos los jugadores españoles y su forma de jugar, aunque ahora Manolo Cadenas haya aportado su toque persona: "No pienso en lo que supone ganar a España para Catar. Pienso en lo que podemos hacer para intentar poder estar en el partido hasta el final a pesar de pasar por momentos difíciles. No quiero valorar el rendimiento de España, prefiero centrarme en mi equipo. Ellos tienen mucha facilidad para hacer gol, vamos a ver si somos capaces de reducir su cantidad de goles porque nosotros nunca podremos llegar a los goles que hagan ellos".
A pesar de no tener una casa propia y vivir en hoteles en Doha, Valero Rivera padre no se arrepiente en absoluto de una decisión que tomó hace ya casi dos años: "Llevo aquí 20 meses y no nos han podido tratar mejor. Amo mi profesión y todavía me lo paso muy bien, así que intento transmitir mi felicidad en mi trabajo. Pero mi felicidad en Qatar también tiene que ver con lo que estoy recibiendo de la Federación y de los jugadores porque están trabajando muchísimo. Es un país magnífico y venir aquí es una de las mejores decisiones de mi vida.". ¿Y sobre los ocho nacionalizados a golpe de talón? "Hay alguno de aquí que no haya jugado con el corazón, pues ya está".
