Brasil y Croacia disputarán esta noche (22.00 horas, Telecinco) el partido inaugural del Mundial 2014 en el que los anfitriones tratarán de hacer frente al juego sin complejos de los croatas y, también, al trauma creado hace seis décadas en la última Copa del Mundo celebrada en el país.
La emoción es contenida en Brasil. Aunque han pasado 64 años, nadie ha olvidado aún el Maracanazo de 1950. Aquel partido sigue marcando a los brasileños, inevitable recuerdo en la mente de cada uno de ellos. Los más viejos, porque lo sufrieron en sus carnes; los jóvenes, porque han convivido a través de familiares y amigos. Imposible escapar a un influjo que marca, y de qué manera, la participación de la anfitriona en Brasil 2014.
Aunque para revivir viejos fantasmas aún queda al menos un mes, el Maracanazo estará presente desde el principio en los partidos de Brasil. Un tropezón en la primera fase sería igual de desastroso que aquella derrota ante Uruguay en la final del 50, por lo que el duelo contra Croacia de esta noche se antoja crucial.
Baja de Mandzukic
El conjunto europeo llega a la cita mundialista con la piel de cordero, pero con armas más que suficientes para plantarle cara a cualquier equipo. Con el espíritu del 98 -año en el que rozaron el título y en el que finalmente terminaron terceros- los hermanos Kovac (dueños del banquillo desde hace apenas unos meses) han armado un once muy creativo y peligroso que orbita entorno a la imaginación de Modric y Rakitic y que tiene en Mandzukic (objetivo del Real Madrid) a su hombre más incisivo. La buena noticia para Scolari será que el delantero del Bayern no podrá actuar por sanción en el partido inaugural, lo que allana el camino del anfitrión hacia la segunda fase.
Para el duelo, Scolari sí que podrá contar con todos sus efectivos. Un conjunto de jugadores heterogéneo, que permite múltiples variantes al técnico, que vivirá un encuentro muy emotivo tras el fallecimiento de un sobrino hace unas horas en accidente de tráfico.
El once inicial de los brasileños es una incógnita, aunque algunas cosas parecen claras. Neymar será el líder. El hombre sobre el que se construya el ataque, como pudo verse en el último amistoso ante Panamá. A su lado, Fred y Jo se disputan el puesto de delantero centro, con Hulk, Ramires, Oscar y Willian pujando por el resto de posiciones de la mediapunta. Mucha calidad en todos ellos, aunque la virtud de Scolari estará en buscar el equilibrio para no perder fortaleza defensiva. En esa zaga brillan los nombres de Alves y Marcelo en los laterales -dos puñales a los que les cuesta mirar hacia atrás- y de Thiago Silva y David Luiz en el centro, ambos objeto de deseo del Barcelona durante mucho tiempo.
Reventa millonaria
Aún así, su misión ante los croatas será más sencilla de lo que está siendo para los aficionados conseguir una entrada para el duelo. Las 60.000 localidades del Sao Paulo Arena están agotadas desde hace meses y la reventa funciona ya a pleno rendimiento. Se piden hasta 18.000 euros por una entrada para el duelo inaugural. Una fiesta que Brasil pretende que sea completa y que no se convierta en una pesadilla. Es el primer paso para intentar olvidar, de una vez por todas, el Maracanazo.
