Ante el cartel de clara favorita que luce Francia en el Grupo E, Suiza y Ecuador se estrenan esta tarde en el Mundial (18.00 horas, GolT) en una «final» anticipada porque es resultado de este partido puede resultar decisivo a la hora de decidir el equipo que, supuestamente, acompañará a los galos en los octavos de final.
Los suizos se presentan en Brasil después de firmar una fase clasificación perfecta, en la que acabaron invictos y líderes de su grupo (siete victorias y tres empates), dejando en el camino a selecciones como Noruega y Eslovenia. Además hay un detalle a tener en muy en cuenta. Los helvéticos han sido el último rival que ha conseguido derrotara una de las grandes favoritas para alzarse con el Mundial: Brasil. Sucedió el año pasado en un partido amistoso jugado en Basilea, donde un gol en propia puerta del lateral Dani Alves acabó siendo determinante.
Aunque su técnico, el alemán Ottmar Hitzfeld, ha afirmado que el objetivo de Suiza es alcanzar los octavos de final, no hay que descartar que ese no sea su techo en esta Copa del Mundo. En la anterior cita de Sudáfrica 2010 no consiguieron esa meta, pero fueron capaces de derrotar a España en la fase de grupos. Aquella fue la única derrota del combiando de Vicente del Bosque en el Mundial que terminaría conquistando.
Hitzfeld, que ha anunciado su retirada al acabar el Mundial después de 30 años en los banquillos, tiene disponibles a todos sus jugadores, entre los que destacan Shaqiri (Bayen), Inler (Nápoles), Lichtsteiner (Juventus) y el joven Xhaka (Mönchengladbach).
Importante baja ecuatoriana
La de Brasil supone la tercera cita mundialista de los ecuatorianos, dirigidos por Reinaldo Rueda. El técnico ha visto cómo alguna de sus piezas importantes se han caído poco antes del Mundial. Una de ellas es la de su mejor mediocentro de contención, Segundo Castillo, que se lesionó en el último amistoso del equipo. Guiada por Jefferson Montero, Antonio Valencia, Felipe Caicedo y Enner Valencia, Ecuador busca hacer historia en Brasil y la meta es clasificarse para los octavos, su techo en la Copa del Mundo (Alemania 2006).
El partido se disputa en Brasilia, ciudad en la que el fútbol está lejos de ser una pasión y en la que es casi inexistente. Esta urbe es el corazón administrativo del país, pero no es su alma y eso, cuando se habla de fútbol, resulta evidente. La ciudad erguida de la nada en 1960 tiene sólo dos equipos con algún nombre en el fútbol nacional, el Gama y el Brasiliense. El primero juega en la Segunda división y el otro lo hace en Cuarta.






