A dos días para el comienzo del Mundial, los paulistas vuelven a respirar. Uno de los principales líderes de las protestas contra el torneo, Guilherme Boulos, se preparaba para anunciar a la prensa una nueva ola de manifestaciones, cuando fue interrumpido por una llamada de la Presidencia, en Brasilia, prometiendo de atender casi todas las reivindicaciones del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST). Al colgar el teléfono Boulos anunció el fin de las protestas.
El sindicato de empleados del metro también suspendió la huelga más larga de la historia y el transporte público volvió a funcionar normalmente en la madrugada del martes. La ciudad de São Paulo volvió a la normalidad y, si nada cambia, los hinchas llegarán normalmente al estadio el jueves de la inauguración. Tanto el MTST como los empleados del metro, son los grupos que más alimentaban las protestas, pero los grupos menores aún pueden crear algunos tumultos.
Los empleados del metro suspendieron la huelga después de que una corte la consideró como «abusiva» y tras las dificultades para negociar con el Gobierno de São Paulo. Ya el MTST recibió del Gobierno Federal la oferta de cumplir con todas sus demandas. Dilma Rousseff, se comprometió a construir dos mil viviendas populares en la ocupación «Copa do Povo», ubicada a cuatro kilómetros del estadio Arena Corinthians.
Éxito tras las movilizaciones
Para el movimiento sin techo, el acuerdo fue una victoria. «Entendemos que esta gran victoria fue resultado de una movilización fuerte e intensa del movimiento en los últimos meses, de nuestra apuesta en el poder popular», anunció el MTST en un comunicado. «Las conquistas alcanzadas no traerán beneficios sólo a las millares de familias organizadas por el MTST, sino también a las millones que sufren con el problema de la vivienda en Brasil«, dice la nota.
El Gobierno también ofreció formar una comisión nacional de combate a los desalojos forzosos, y se comprometió a modificar el programa Mi Casa, Mi Vida (MCMV), aumentando el número de viviendas que podrán ser construidas directamente por los movimientos sociales.
Con el cambio, las entidades podrán construir 80 mil de las 800 mil unidades previstas en el programa. El Gobierno sólo no se ofreció a cambiar la Ley del Inquilinato, contra la especulación inmobiliaria. En un comunicado, el MTST confirmó que consiguió tres de sus cuatro exigencias. Para el MTST, los cambios en el MCMV «fortalecen la gestión directa de las obras y la calidad y mejor ubicación de las viviendas».
Seguirán las movilizaciones
A pesar del acuerdo, el MTST informó que seguirá movilizado para conseguir otros objetivos, como la aprobación de un Plan Director para la ciudad de São Paulo, que incluya nuevas áreas de vivienda popular. Según Bolulos, las protestas no serán más contra el Mundial. «Habrá sí, manifestaciones por la votación del Plan Director», declaró.
Ya el sindicato de los empleados del metro suspendió la huelga después de 5 días, pero debe reunirse el miércoles, un día antes del Mundial para decidir si paran nuevamente. El sindicato pide la readmisión de los 42 empleados despedidos ya que la huelga fue considerada ilegal por un tribunal laboral.
Sin su principal movimiento a la cabeza, las protestas en Brasil deben seguir, en menor escala por el país, con marchas anunciadas por otros profesionales, como los profesores y empleados públicos. Las protestas que más le preocupan al Gobierno y a la FIFA son las del transporte, que pueden dificultar la llegada de los hinchas al estadio y volver el tránsito caótico. La huelga del metro de São Paulo puede volver el jueves y el sindicato de Río también da señales de que puede parar.
