La tercera copa del Mundo se jugó en Francia entre el 4 y el 19 de junio de 1938. La campeona fue Italia, tras imponerse a Hungría en la final por 4-2. Era la primera selección en ser bicampeona. Esta vez, la victoria italiana fue merecida, no como sucedió en el Mundial disputado en 1934 en la propia Italia, donde las ayudas arbitrales relacionadas con el surgimiento del nazismo significaron que España quedara eliminada cuando en una competición pura podría haber sido la campeona.
En Francia, la selección italiana se reivindicó. Formaron un conjunto muy potente, que obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Berlín del 36. En este Mundial desplegaron un fútbol magnífico y ganaron a Francia, a la Brasil de Leónidas y a la gran Hungría en la final. El once de Pozzo consiguió triunfar con claridad.
Fue la última cita deportiva antes de la Segunda Guerra Mundial. Durante la realización de la Copa, muchos hechos presagiaron lo que viviría el mundo a partir del año siguiente. Jules Rimet, creador del certamen, realizó todos los intentos para que su país natal organizara lo que pensaba podría ser el último Mundial, desplazando a Argentina como país organizador
España, en plena guerra civil, tampoco participó. Lo mismo sucedió con Inglaterra, Argentina y Uruguay, que renunciaron por el coste económico. Sólo Brasil y Cuba vinieron de América para jugar. Participaron quince países: Francia, Italia, Hungría, Checoslovaquia, Francia, Brasil, Suiza, Cuba, Rumania, Alemania, Polonia, Noruega, Bélgica, Holanda, Suecia y Antillas Holandesas. Austria, que estaba inscrita, no participó por la ocupación nazi de su territorio.
En semifinales, Hungría goleó a Suecia, 5-1, mientras Italia superó a Brasil por 2-1. En la final, Italia derrotó a Hungría por 4-2. El brasileño Leónidas fue el máximo goleador del torneo, con ocho tantos, por delante de Zsengeller (Hungría), que anotó seis. Giuseppe Meazza (Italia) fue el director del juego italiano, como ocurrió en el Mundial del 34.







