Crónica
Concierto de Israel Fernández en Sevilla: El 'Pura sangre' se desata en el Maestranza
El cantaor triunfa en su debut con un espectáculo propio, 'Pura sangre', en el teatro hispalense
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El cartel de no hay entradas que lucía la taquilla del Teatro de la Maestranza en las horas previas reflejaba con nitidez la expectación que había despertado el debut con espectáculo propio de Israel Fernández en el templo sevillano. El artista de 34 ... años, uno de los líderes del escalafón flamenco actual, había pisado con anterioridad las exigentes tablas del prestigioso coliseo del Paseo Colón, enrolado en la compañía de Carlos Saura y más recientemente (noviembre de 2021) acompañando a Sara Baras en el estreno mundial de su 'Alma de bolero'.
Pero lo de ayer era otra cosa, era su alternativa en Sevilla. Presentaba su aclamado 'Pura sangre', un disco que vio la luz hace apenas cuatro meses y que demuestra que quien piense que Israel Fernández es el cantaor del futuro es que vive en el pasado. Es el rabioso presente. El toledano mostró una escenografía exquisita y elaborada que hacía alusión al título de su exitoso álbum –apareció en el escenario atado emulando a un caballo que va a ser domado en un picadero–, otorgándole gran peso a la iluminación, íntima y añadiendo en muchos momentos grandes dosis de emoción a su privilegiada voz y a un Diego del Morao que estuvo soberbio al toque durante toda la noche.
Con la humildad de los grandes –llegó a pedir disculpas por tocar el piano sin ser un experto en la versión flamenca que hizo anoche de 'Vino amargo', de Rafael Farina–, Israel confesó sentirse muy nervioso por la responsabilidad que suponía cantar en el Maestranza, a lo que el público respondió con una sonora ovación. «Quien no entienda mi mirada, no entiende mis palabras», citó en modo filosófico. Más tarde parafrasearía a Sócrates para rendir pleitesía a los encantos de la ciudad donde estaba desatando todo su arte: «La verdad te hace libre. Y desde la verdad digo que Sevilla es la ciudad más bonita que he visto en mi vida».
Desde las primeras filas le recordaron a viva voz que se encontraba «en la cuna del cante», a lo que el castellanomanchego respondió medio en serio, medio en broma: «Ya lo sé, pero no me metas más presión todavía, por favor».
A lo largo de los cinco discos que ya tiene grabados, el cantaor ha sabido mezclar lo jondo y la vanguardia con tal acierto que ha conquistado tanto a puristas como a las nuevas generaciones que se acercan al género desde un prisma mucho más abierto, como por ejemplo Rosalía o C. Tangana.
Teatro abarrotado
Este aspecto quedó más que patente ayer. Y es que gracias a su personal manera de entender el flamenco convenció y conquistó al público a lo largo de la hora y cuarto que duró la actuación, tiempo en el que las 1.800 personas que abarrotaron el solemne teatro hispalense disfrutaron de su cante más ortodoxo, desde la inicial 'Soleá de mi casa', hasta unas bulerías al golpe, pasando por unos tangos, bulerías y fandangos, y también con alguna que otra pincelada de su veta más innovadora ('Seré silencio').
Absolutamente todos los asistentes le despidieron puesto en pie y brindándole su reconocimiento en forma de una tremenda ovación, mientras el artista decía adios rodilla en tierra y cabeza gacha, en el enésimo gesto de respeto y modestia.
Tras su gran actuación de anoche, no hay que descartar que vuelva a cantar en Sevilla muy pronto, ya que está nominado a los premios Grammy Latino que se celebran en la capital andaluza dentro de un mes.
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