crítica de música
Recuperando nuestro patrimonio musical
La primera de las arias, 'Voi che le mie vicende' de Jommelli la abordó Espada con la voz aún fría
OBS, hilando solistas

Música Antigua
- Programa El libro secreto de la reina. Obras de Hasse, Jommelli, Sabatino, Conforto, Di Capua, Cafaro y Duni.
- Intérpretes María Espada, soprano. Nereydas (Valerio Losito y Sergio Suárez, violines; Isabel Juárez, viola; Guillermo Turina, violonchelo; Silvia Jiménez, contrabajo; Sara Erro, clave; Manuel Minguillón, tiorba y guitarra barroca).
- Director Javier Ulises Illán
- Lugar Teatro Turina
- Fecha 24/11/2023
No paramos de recibir intérpretes barrocos con programas en los que compositores desconocidos hasta ahora o muy poco frecuentados constituyen la base de sus programas. Esta vez las novedades procedían de España, y concretamente de la corte de María Bárbara de Braganza y Fernando VI, ... aunque el 'libro secreto' pertenecía a la reina. Ulises Illán recordó la estancia de la pareja durante cinco años en el Alcázar de Sevilla tras su boda, con tan sólo 15 años él y 17 ella, y cómo esta, principalmente, hizo reunir una serie de músicos -o sus obras- de toda Europa, tanto aquí como más tarde en Madrid, lo que incluía a Domenico Scarlatti como su profesor de clave -y de mandolina, como nos contaba recientemente Mari Fe Pavón (Artemandoline)- y cuando fueron reyes Farinelli, que ya había servido a Felipe V, y que por su amistad con Metastasio los reyes pudieron disfrutar de adaptaciones y creaciones de los libretos de sus óperas principalmente en el palacio de Aranjuez, Real Sitio preferido de la reina. Terminaba el director ilustrando al inicio del programa que se trataba de audiciones privadas, así que era como si pudiésemos asomarnos sin ser vistos a estas veladas reales.
Uno de estos libretos metastasianos fue el de la ópera 'Demofoonte', de la cual pudimos oír la obertura que principiaba el recital y constituida, como era costumbre, por tres pequeños movimientos. Se nos presentaba así el consort, formado por la cuerda a 1 y un continuo. Entre sus instrumentos se encontraba el Christian Vater que ya conocemos, tocado por la que además investigadora de este proyecto, Sara Erro, quien quien creemos que erró al meter el instrumento hasta el mismísimo atril del director, pensando que con ello se oiría, pero no; por lo menos en las partes más álgidas -que fueron muchas- mientras que el laudista conseguía oírse siempre, tanto con la tiorba como con la guitarra barroca. Es verdad que estaba en primera fila, pero no lo es menos que prácticamente los laudistas casi siempre lo están, así que pudimos oír su buen trabajo. El problema del clave fue quitarle la tapa, como suelen hacer para 'integrarse' en el conjunto, aunque nosotros diríamos que más bien es diluirse.
La primera de las arias, 'Voi che le mie vicende' de Jommelli la abordó Espada con la voz aún fría, de manera que no pudo asumir los tremendos saltos interválicos que la llevaban del agudo al grave, donde el primero quedaba brusco (casi todos los más extremos que dio nos sonaron así) y los graves casi no se oían; sin embargo en la sección central emitió unos graves pausados y bien conseguidos. Gran riqueza armónica de la pieza.
Le seguía un aria 'di bravura' de la ópera 'Arsace' de Sabatino, 'Fra l'amante, e la nemica'. El autor sucedió a Jommelli, y de él se conserva muy poca música. La soprano se entregó sin reservas, incluso unas breves coloraturas las articuló bastante bien. Ahora bien, la comprensible expresividad que procura le supone problemas de inteligibilidad, y no sólo en estas arias tan comprometidas. Por ejemplo el aria siguiente, 'Se non ti moro allato' de 'Adriano in Siria' de Conforto, en la que predomina un carácter lírico, cantable, y que como era de esperar muestra en su parte central un elemento contrastante, de fuerza, y donde en ambas secciones hubiera sido posible articular más el texto.
Bellísima 'Deh, se pietà pur senti' de 'Mario in Numidia', del napolitano Rinaldo di Capua, que supuso su última ópera seria, y en la que preside la muy característica figuración musical retórica de la 'suspiratio', en la que destacó también el lirismo de la soprano emeritense, ya que la disposición estructural del aria es parecida a la anterior.
Nos había aclarado Ulises Illán que las 'sinfonías' que precedían a algunas arias no estaban en el libro de la reina, pero eran las oberturas de sus correspondientes óperas, e imaginamos que se incluían para dar descanso a la voz de Espada, como en el caso de la siguiente 'Rendimi più sereno' de 'Ipermestra', obra de Pasquale Cafaro, otro compositor napolitano que fue 'maestro di cappella' de la capilla real y maestro de música de la reina María Carolina (la de 'Tosca'). También discurre, como pareciera anticipar el título, por ambientes serenos, expresivos, y con contados agudos mantenidos.
La verdad es que todo quería converger en la radiante aria final, 'Minacci quell' altera' de 'Catone in Utica', cuyo autor fue Egidio Duni, que no era napolitano, pero no estaba muy lejos (Matera, Bassilicata). Otra aria 'di bravura', que incluía escarpados agudos (hasta el Si bemol), ensortijadas coloraturas que Espada procuró articular lo más posible e incluso contaba con ecos que se hacía ella misma.
No quisiéramos dejar pasar la presencia de un tipo vociferante que no dejaba de gritar ('Bravo, brava, bravi', según) y aplaudir hasta dolerle las palmas. Es de suponer en la figura del representante, porque a un familiar le daría vergüenza. Creemos que supone un demérito para el conjunto, al necesitar llevar una clac portátil; y una falta de respeto al público, que bien supo cuándo y cuánto aplaudir, y que fue mucho por cierto. Cuidado con estas cosas, que se vuelven contra quien no las para.
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