Las cuentas del Palau siguen sin cuadrar. El entramado de Millet y el equipo directivo de la Fundación Orfeó Català-Palau de la Música para desviar fondos y beneficiar a empresas afines se ha convertido en una madeja de hilo que parece no llegar a desenredarse. Ayer se desvelaba que Millet empleó fondos de la entidad para sufragar las deudas que contrajo el ex líder de ERC y actual dirigente de CDC, Ángel Colom, tras disolver en 1999 el Partit per la Independencia que también lideró. El mismo Colom ha reconocido que en el año 2000 pidió a Millet ayuda para hacer frente a las deudas y recibió una cantidad cercana a los 72.000 euros, cifra que no consta en las cuentas del Palau.

Sucesión de confesiones
El goteo de confesiones sobre el «saqueo» que el equipo de Millet perpetró en las cuentas del Palau no ha hecho más que sucederse desde que a finales de julio los Mossos requisaran a Gemma Montull el pendrive en el que se guarda el grueso de los datos sobre las cuentas de la fundación y la asociación Orfeó Català. Hace poco más de una semana el equipo de arquitectos responsable de la ampliación del Palau confesaba que Millet había inflado el coste de las obras en varios millones de euros, algo que dio pie a que poco más tarde el encargado de reparar el órgano de la sala de conciertos afirmara en Catalunya Ràdio que la diferencia entre la cantidad cobrada por su taller y el coste anunciado por Millet difieren en un total de 150.000 euros. Y en el centro de este constante goteo de confesiones, las de Millet y Montull, que ya han reconocido la apropiación de 1,8 millones de euros y el cobro de pluses anuales de hasta un millón de euros.

Si ayer las declaraciones de Colom engrosaban la lista de confesiones, hoy La Vanguardia descifraba aún más si cabe el entramado de Millet asegurando que la Fundación Olof Palme también recibió dinero del Palau tras una nueva confesión, la de Anna Balletbó, que ha admitido que también ha recibido dinero de Millet. El secretario general adjunto de CDC, Felip Puig, ha negado hoy que su partido se quedase un sólo céntimo de los 630.554,82 euros que recibió desde 1999 su fundación privada, la Trias Fargas, de manera "legal", de manos de la Fundación Orfeó Català-Palau de la Música durante la presidencia de Fèlix Millet.

Puig ha comparecido ante los medios para explicar que, en efecto, la Fundación Trias Fargas firmó entre 1999 y 2009 un total de siete convenios anuales de colaboración con la Fundación Orfeó Català con el fin de impulsar la difusión de la música catalana y "fortalecer" el Palau de la Música como "símbolo y motor" cultural de Cataluña. Según ha asegurado Puig, en ningún caso hubo "relación económica o financiera" entre la Fundación Orfeó Català que presidía Millet y Convergència i Unió, sino que la colaboración se ciñó a la Trias Fargas y no sirvió, ha recalcado, para "financiar" el partido.

Un entramado imperceptible
Pero al margen de confirmar la culpabilidad de Millet, la avalancha de confesiones que vienen sucediéndose desde este verano no hacen más que demostrar la capacidad de Millet para crear un entramado imperceptible en el que era imposible descubrir el fraude. Un modelo estructurado a la perfección y que sólo las confesiones podían desvelar. ABC confirmaba hace pocos días que los partidos politicos deberían haber desvelado las irregularidades en la gestión del Palau hace siete años, según un informe emitido en 2002 por la entidad fiscalizadora de la gestión económica, financiera y contable del sector público sobre el año fiscal 2000. Según informa ABC, dicho informe se debatió en 2003 y no fue tomado en cuenta por el Ayuntamiento. El entramado podía haber salido a la luz, pero la maquinaria de Millet siguió funcionando.

Millet y Montull renuncian a sus cargos