«Nunca pensé ser ministro de Interior, ni es la pasión de mi vida, pero tengo un compromiso con mi presidente y mi país. No es tanto los años que tengo como los que llevo, tengo más por detrás que por delante». Estas palabras, cerrojazo a la entrevista que el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha concedido esta mañana a la Cadena SER, no tienen desperdicio. Abierto de forma soterrada el melón sucesorio en el PSOE -aunque sus dirigentes hagan esfuerzos públicos por cerrar filas con el principal mandatario y secretario general del partido- y con encuestas apuntando en dos direcciones -José Blanco y el propio Rubalcaba- como probables sustitutos de Rodríguez Zapatero, el cántabro ha dado una «estocada» inopinable en las formas y se ha autodescartado en la carrera por la sucesión. «Si digo que no me veo en los años venideros con mucha responsabilidad, quizás no me coloquen en las quinielas», ha debido pensar el ministro ante las preguntas del periodista Carles Francino.

Rubalcaba no ha dicho ni «mu» sobre el lastre que representa la «marca ZP» a las centenarias siglas del PSOE, como ayer publicaba ABC. Aunque su gestión al frente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sobre todo con una lucha contra el terrorismo copia del modelo impuesto por el PP durante sus años en el Gobierno, lo mantiene en los puestos de salida de los socialistas más valorados por la ciudadanía y por los militantes del PSOE, lo cierto es que ha restado puntos a su posible candidatura restando años a su propio futuro político. No es la primera vez que Rubalcaba ha declarado públicamente que no se veía dirigiendo la cartera de Interior, pero esta vez lo ha hecho en pleno estallido del debate «Zapatero sí, Zapatero no» dentro y fuera de la formación.

«No me veo en ninguna candidatura en 2011»A la pregunta de si hay alguna posibilidad de verle en 2011 (elecciones autonómicas y municipales) en alguna candidatura, Rubalcaba ha contestado: «No. Ninguna en Madrid, le digo que no. Me siento gratificado en mi vida política, yo también he dado mucho al PSOE y estamos en paz. El tema de ETA me tiene concentradísimo. En Moncloa estuve tres años y fueron casi de los peores. Sería presidente del Real Madrid pero ya está Florentino».

No ha hecho alarde del mismo (y suyo habitual) tono humorístico a la hora de zanjar las crecientes acusaciones contra la cúpula policial en el «caso del Bar Faisán», ése que está en manos judiciales pero al que políticamente también se debe dar todavía una respuesta. El ministro de Interior ha asegurado que él no tiene «ninguna información» de que alguien en la estructura policial ordenara el «chivatazo» policial a ETA el 4 de mayo de 2006. Sin embargo, el periódico «El Mundo» hoy publica un informe secreto que asegura obra en manos del juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, en el que se dan cinco nombres y apellidos de la cúpula policial que promovieron y conocieron el «soplo» a los etarras para que tuviesen constancia de que si cruzaban la frontera de Francia con España iban a ser detenidos con el dinero proveniente del impuesto revolucionario cobrado en el bar de Irún (Guipúzcoa). Esos cinco nombres corresponden al entonces director general de la Policía con Rubalcaba, Víctor García Hidalgo, el jefe superior del Cuerpo en el País Vasco, Enrique Pamiés, y otros tres funcionarios: un comisario, una inspectora jefe de San Sebastián y un inspector de Vitoria. «Hasta donde yo sé, no huba una orden» para el «soplo»El golpe policial asestado en el bar escenario de la trama de financiación de ETA dirigida presuntamente por el propietario del local, Joseba Imanol Elosua, se produjo un mes después del supuesto «soplo», pero hasta donde Rubalcaba sabe, «el chivatazo no siguió la vía jerárquica de la cúpula policial», como hoy reza el titular en «El Mundo». «No tengo ninguna información de que nadie diera una orden para que se hiciera semejante cosa», ha afirmado el ministro, que no ha podido por menos de reconocer que el episodio del supuesto soplo es un asunto «extraño». No obstante, cabe recordar que el aluvión de preguntas lanzadas en sesión de control a la vicepresidenta primera del Gobierno sobre este asunto, fue repelido por María Teresa Fernández de la Vega que, una vez tras otra, ha relegado las explicaciones al ministro del Interior.

El PP ya aseguró en su primera Junta Directiva Nacional del año 2010, en la que definió las estrategias para este primer semestre, que este asunto ocuparía un papel estelar en sus reclamaciones al Ejecutivo.
El titular de Interior ha desviado el caso a los jueces, que se encuentran investigando el caso, y «lo razonable es dejar que la investigación judicial termine. Vamos a dejar que este asunto acabe», ha pedido. Ha querido agregar que los ciudadanos deben saber que, a pesar del supuesto «chivatazo», todos los investigados en relación al «Bar Faisán de Irún fueron detenidos, encarcelados y están hoy procesados». Añadió que estos arrestos fueron efectuados por los policías a los que se señala en prensa como posibles autores del «chivatazo», obviando que estos cargos no han asumido responsabilidades por nada de lo sucedido -si es que hubo o no una negligencia a la operación antiterrorista- hace ya más de tres años.