Cuentan los sabuesos mercantiles de la Fórmula 1 que las empresas españolas sólo muestran interés por Fernando Alonso y más este año, en rojo pasión con Ferrari. Cuentan que cualquier marca, sea cual sea su tamaño, pretende la notoriedad por encima de la mera presencia en la Fórmula 1.

Es el signo de los tiempos en el tejido productivo español: se está para ganar o no se está. Las multinacionales se unieron en su día al «boom» Alonso y en ello siguen. Por eso, gente de la talla humana y profesional de Pedro Martínez de la Rosa se las ve y se las desea para encontrar un resquicio financiero que ayude a su «rentrée» en la parrilla. Busca cinco millones para Sauber y muchas veces, sin intermediarios, en primera persona.

Y no es que el piloto barcelonés se esté paseando por los centros de negocio con un maletín debajo del brazo, estudios de márketing en mano, informes de «inputs» publicitarios y demás. Lo que hace es airear sus contactos y tantear a los ejecutivos. Ha lanzado la red sobre determinados objetivos y se encuentra a la espera de respuesta, como tantos comerciales del mundo. Su idea económico-deportiva para completar un coche competitivo tiene cifra: cinco millones de euros.

Una cantidad estimable que la escudería suiza Sauber ha tratado de alimentar realizando buenos tiempos en los entrenamientos de pretemporada, con más o menos gasolina. De la Rosa está disfrutando con su regreso y repite una y otra vez en todos los foros en su doble versión de piloto y vendedor: «El coche funciona. Eso es un hecho».

Y cuando se le plantea la vieja teoría de que las multinacionales sólo quieren aparecer en el monoplaza de Alonso, suelta confiado: «Seguro que vamos a llevarnos una sorpresa al respecto». Mientras De la Rosa busca, el teatro de la F-1 va abriendo otros capítulos, siempre ligados al poder del dólar. También por dinero puede entrar a última hora en el inicio en Bahrein (14 de marzo) el equipo Stefan GP. Su propietario, Zoran Stefanovic, compró los coches y la estructura europea de Toyota y ha confirmado a Nakajima como primer piloto.