Para las distintas organizaciones que desde hace meses convocan consultas populares redirigidas en favor de la independencia de Cataluña no parece haber crisis económica, ya que continúan gastando dinero y recursos en una apuesta claramente fracasada. Las primeras consultas empezaron açaparando cierta atención mediática, tanto por su novedad como por las dudas jurídicas que planteaba su celebración. Pero rápidamente se diluyeron en su propia inconsistencia. Las veleidades soberanistas de unos pocos terminaron interesando... eso, a unos pocos. La última ha tenido lugar en Sabadell, el municipio con más población de todas las localidades en las que se ha citado a las urnas. El resultado: otro sonoro fracaso y otro dispendio innecesario. De casi 174.000 personas convocadas, apenas el 12 por ciento acudió. Más dinero gastado y más tiempo perdido.