Miércoles
, 09-06-10
Tenía que ocurrir en algún momento y tenía que ser alguien de la vieja guardia, muy por encima del actual equipo dirigente del PSOE. Javier Solana ha dejado por escrito la palabra prohibida por Zapatero -«guerra»- aplicada a Afganistán, que, como este Gobierno se ha visto obligado a desplegar más tropas en la zona, no se podía decir claramente a lo que iban y a lo que estaban para no estropear la imagen pacifista del jefe que ha multiplicado por cuatro la presencia de esas fuerzas desde 2005 y para compensar la salida precipitada y casi sin avisar de otra guerra, la de Irak. El ex responsable de Exteriores del Gobierno, de la OTAN y de la UE llama a las cosas por su nombre en un periódico más que amigo y, como de pasada, rompe un cerco de eufemismos del que sólo se había escapado Chacón al aludir a veces al «escenario de guerra» en la zona.
