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Candelaria Reymundo: «Darte cuenta de que solo con escuchar puedes ayudar tanto, no tiene precio»

La voluntaria colabora con El Teléfono de la Esperanza, donde se forma para escuchar y poder ayudar al otro lado del auricular "simplemente con unas palabras de apoyo"

Candelaria encontró en El Teléfono de la Esperanza la oportunidad de hacer voluntariado a su medida y una labor que además considera fundamental para la sociedad. “Elegí el Teléfono de la Esperanza porque creo que la labor que llevan a cabo es muy importante. La salud mental y la soledad son temas importantes de los que no se habla tanto”, comenta la voluntaria.

Para desarrollar su labor, comenzó contactando con la Plataforma del Voluntariado de Córdoba, un espacio en el que quería encontrar todas las oportunidades de ayudar a los demás y formación, también clave para desempeñar el voluntariado. “Conocer tus deberes como voluntaria, los derechos que tienes, el compromiso que adquieres y ver todas las entidades que hay en Córdoba”, son los objetivos que empujaron a Candelaria a realizar uno de los cursos de formación de la entidad.

Tras esto, descubrió en El Teléfono que únicamente la escucha puede cambiar la vida de otra persona. “Tenemos como esa barrera que parece que todo nos va bien o tenemos que mostrar que la vida es perfecta, pero darle la posibilidad a alguien de mostrar su vulnerabilidad y que se derrumbe… Nada más que con tu escucha y unas palabras de apoyo le has dado tanto... y hacer esto a nivel más profundo, de gente que de verdad se ve muy sola, tanto como para llamar al Teléfono de la Esperanza. Aportar eso no tiene ningún precio”.

Para llegar a ser orientadora de la asociación, que así se llaman las personas que cogen el teléfono para ayudar a los que están al otro lado, Candelaria explica que tiene que pasar por un proceso de formación muy largo que lleva “alrededor de año y medio y consiste en hacer cursos diversos que se centran en el conocimiento personal. Se trata de profundizar en ti mismo antes de ser capaz de ayudar  a los demás”, detalla. Un proceso que está siguiendo con la ilusión de algún día descolgar el teléfono y ayudar con su escucha.

Además de formarse, colabora con la entidad desde el equipo de comunicación, ayudando a gestionar redes sociales y en concreto Twitter. Es una actividad que realiza desde casa, con su portátil, pero que sabe que "es igualmente importante para la entidad, tanto como atender el teléfono. Por lo que cualquiera que tenga voluntad y un poco de tiempo puede ayudar a las asociaciones en su misión".

Candelaria concluye que ha descubierto que “hay más gente de la que pensamos que necesita la ayuda que proporciona El Teléfono. No tienen por qué ser personas con problemas graves de salud mental, sino problemas del día a día". Para la voluntaria, “la cercanía y darte cuenta de que como ser humano, sencillamente escuchar a una persona le puede dar tanto, es clave”.

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