Lourdes Sánchez: «Hacer algo por los demás cuando tú lo tienes todo te hace sentirte privilegiado»
Lourdes Sánchez es educadora y trabaja como profesora en un colegio. El aprendizaje de los niños, cómo juegan, se relacionan y sus risas están presentes en su día a día. Pero hace un año aproximadamente descubrió una mirada infantil muy diferente. Ojos llorosos y tristes que llegaban de países muy lejanos a las costas españolas buscando un futuro mejor. Y Lourdes, como voluntaria, los acompaña en el proyecto Ödos de la Fundación Emet Arcoiris.
«Este proyecto se inició para mujeres que venían en patera en muy malas condiciones. Se les daba un tiempo de tranquilidad y reflexión porque habían sufrido un proceso muy largo y doloroso. Al principio se dedicaba todo a la mujer pero vimos que era muy importante atender a los niños porque han sufrido mucho», explica Sánchez.
La realidad que viven la mayoría de estas mujeres y los pequeños es soledad y peligro, muchas son víctimas de engaños, de falsas promesas de que tienen asegurado un trabajo y un lugar donde vivir cuando en realidad les espera esclavitud y violencia. «Estamos acostumbrados a ver cómo va llegando gente en pateras pero es una realidad con la que no estamos concienciados», reclama Sánchez.
Y a ella le impactó especialmente la mirada de una niña en uno de los días en que ella fue a realizar su voluntariado a «La Muela», el centro del proyecto Ödos. «Su mirada me dolió mucho porque una niña tan pequeña y con esa tristeza en los ojos...No es justo que haya pasado por todo eso», recuerda esta profesora.
En su colaboración como voluntaria dan a los niños «cariño, confianza, les decimos que no queremos pedirles nada, a las madres les transmitimos que no todo el mundo en España son gente mala»... en definitiva una mano amiga que les consuela. Porque sin duda se desaniman cuando llegan. A Lourdes le cuentan que «creían que esto era otra cosa pero es un choque muy importante de cultura, de mentalidad. Esto no es lo que esperaban y lo pasan mal».
Entre las tareas de Lourdes está conseguir que los niños «aprendan a estar sentados, en silencio, que aprendan a respetar las normas y a escuchar. Algunos vienen de la selva y no son capaces de estar sentados ni un minuto», apunta Sánchez. «Antes de que escriban o empiecen a hacer una tarea nuestro objetivo es que aprendan una serie de normas para cuando vayan al colegio».
Lourdes está acostumbrada a trabajar con menores pero asegura que en «La Muela» recibe un cariño diferente. «Nunca vamos con regalos, sino con nuestra sonrisa, y al llegar los niños se lanzan para darte abrazos. Son muy cariñosos», cuenta la voluntaria, para quien «hacer algo por los demás, cuando lo tienes todo, te hace sentirte privilegiado».
Y en este caso, para Lourdes lo importante es mirar a través de sus ojos. «Vienen porque en su país no tienen nada... ponerte en su lugar te hace ver la realidad de otra manera y esto es una cosa que nos puede ayudar a todos», comenta.