DÍA MUNDIAL CONTRA LA TRATA DE PERSONAS

La Fundación Cruz Blanca pide que deje de existir demanda de servicios sexuales en la lucha contra la trata y la explotación

En el Día Internacional contra la Explotacón Sexual y la Trata de Personas la entidad pone el foco en el problema silenciado y aporta datos de su trabajo de campo en Córdoba

La Fundación Cruz Blanca levanta la voz en el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas para pedir que se trabaje para que la demanda de servicios sexuales deje de existir. «No podemos culpabilizar a las personas que ejercen la prostitución, sino que hay que empezar a trabajar con las personas que la demandan», apunta el coordinador de la entidad, Javier Morillo.

En la Fundación Cruz Blanca cuentan con una especie de «patrulla» contra la explotación y la trata, que realiza salidas en unidades móviles de forma periódica a los entornos de donde se ejerce la prostitución para ofrecer apoyo integral a las mujeres con recursos para la higiene, atención psicológica y orientación laboral, al tiempo que intentan detectar posibles víctimas de trata. Se trata del programa O'Cambalache, de atención integral a mujeres en situación de vulnerabilidad y/o víctimas de trata con fines de explotación sexual.

En 2019, de enero a septiembre han contactado con 115 mujeres distintas relacionadas con la explotación sexual y otras 38 relacionadas con indicios de trata que han pasado por su recurso de alojamiento. Además, otras seis mujeres víctimas de trata han ingresado en la vivienda que tiene la Fundación con al fin de protección. «Son cifras altas para Córdoba», valoran desde la organización, «pero este es un problema silenciado».

«Cuando hablamos de trata, pensamos en redes a gran escala, y eso existe, pero en la mayoría de los casos son pequeños círculos, acuerdos que hacen que haya una persona que explota y otra que se convierte en mercancía», detalla Morillo. De hecho, «hay casos en los que el propio marido o un familiar son los que explotan a la mujer», añade el Hermano Julio José Moreno, trabajador social que trabaja en la Unidad Móvil.

Sus salidas llegan a zonas donde se ejerce la prostitución como polígonos, clubes y pisos, que detectan tras una importante labor de prospección de todo el equipo. «Gran parte de la jornada laboral es indagar en las páginas de contactos y en anuncios dónde se ofrecen servicios sexuales y nos acercamos con el ofrecimiento de kits para la detección de VIH, consejos para la higiene o ayudas para obtener la tarjeta sanitaria o el empadronamiento», apunta Moreno. Y en ese acercamiento detectan indicios de trata.

Imagen de la campaña de Cruz Blanca para el Día Internacional contra la Explotación Sexual

«La mayoría de las mujeres son inmigrantes subsaharianas, procedentes de Guinea, Senegal, Malí, Costa de Marfil y Nigeria. También hay de latinoamérica, de países como Colombia, Ecuador, Brasil y Rumanía, pero igualmente hay un número significativo de cordobesas y españolas de otras provincias», especifica el trabajador social. Esto sorprende porque aunque la trata más frecuente es internacional, apuntan a que se empieza a detectar trata de personas nacional. «Un día están en el piso de Córdoba y cuando volvemos a la semana siguiente se las han llevado a Málaga o Almería. Van rotando a las chicas», aclara Moreno.

En este Día Internacional, la Fundación Cruz Blanca quiere poner el foco sobre las verdaderas causas de la trata y la explotación sexual: las relaciones de asimetría y subordinación. Los datos son llamativos: el 99,7 por ciento de la demanda de prostitución es masculina y un 32 por ciento de los hombres en España afirma haber pagado alguna vez por sexo. «Acabar con esa demanda es la prioridad», apuntan. «Los hombres tienen un papel importante por desempeñar ayudando a lograr la igualdad de los sexos».

«Denunciamos que la explotación sexual se encuentra a todos los niveles en el ejercicio de la prostitución. Pueden ser decisiones propias, pero siempre condicionadas. Por eso es importante tener en cuenta la vulnerabilidad extrema de estas personas» y aunque reconocen que también hay hombres en el grupo de las víctimas, son las mujeres la que dan nombre a la gran mayoría de los casos.

Según la Fundación, es importante que se conozca la trata como concepto jurídico, que implica que haya un traslado, un engaño, una coacción y una explotación, y esta explotación puede ser en el ámbito sexual, laboral, de órganos, «incluso de mendicidad, personas que son forzadas a pedir por las calles», comenta Moreno. Por lo que la problemática es muy amplia.

Además de la Fundación Cruz Blanca otras entidades como Cruz Roja y Aperfosa desarrollan el programa O'Camblache. También participan en una mesa sobre prostitución en Córdoba que coordina todos los recursos para atender los espacios y situaciones concretas que consigan un avance en la abolición de la explotación y la trata en la región.

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