Un Belén solidario que lleva su estrella hasta Bangassou

Intalado en la Iglesia del Juramento, en la Plaza de San Rafael 8, destina sus donativos a los proyectos de esta entidad en Cetroáfrica. Desde allí el obispo Aguirre relata cómo estos proyectos transforman la realidad bélica que viven

La Iglesia del Juramento de San Rafael en Córdoba ha instalado un Belén solidario que lleva su estrella hasta Bangassou. Los donativos que depositen los visitantes por este Nacimiento se destinarán a los proyectos que la Fundación Bangassou desarrolla en Centroáfrica. Allí, el obispo Juan José Aguirre emprende iniciativas relacionadas con la educación, la sanidad y la mejora de la calidad de vida en una de las zonas más peligrosas de nuestro planeta.

Desde la Fundación invitan a visitar este Belén, montado por el belenista cordobés Francis Pérez Artés, ya que esta ayuda permitirá que la misión de Aguirre y sus colaboradores en Bangassou alcance a más personas. La situación que viven es de conflicto permanente y desde allí, el obispo envía noticias y sus mejores deseos para Navidad en una carta que ha difundido la entidad.

Aguirre cuenta su Navidad en el continente africano desde un taller de aprendices de carpintería, donde un grupo de jóvenes trabaja la madera. "Es un proyecto de la diócesis de Bangassou para dar futuro a jóvenes que no lo tienen", apunta el obispo, "otros dos proyectos son para madres solteras que aprenden corte, costura y confección. La Fundación Bangassou les ha comprado las herramientas que utilizan estos jóvenes, que envían su agradecimiento con las palabras de Aguirre.

Imagen que envía Juan José Aguirre sobre el taller de carpintería

El obispo cordobés ilustra la situación que viven allí con una foto que acompaña su carta en la que hay jóvenes de "los dos bandos enfrentados" trabajando juntos. "Los que hace un año eran enemigos temibles, hoy están junto a sus víctimas sin importar que unos tuvieran las manos manchadas de sangre. Las sierras y las lijas de madera han ocupado el sitio de los machetes y los kalashnikovs", explica Aguirre con las palabras que reflejan la dureza de la situación que han vivido.

"Es el proyecto de la carpintería el que les ha juntado, lo que les ha amasado entre madera roja y miedo entumecido. Llevaban dos años dando vueltas como trompos hasta que el proyecto de aprendices de carpintería loa enganchó. Esto ha hecho que sus propias familias también se hayan reconciliado con ellos. Todo sea para que podamos cantar un Noche de paz como Dios manda, haciendo posible lo que humanamente parecía imposible", concluye Juan José Aguirre.

Este relato refuerza la invitación para colaborar a la que la Fundación Bangassou llama. Para hacer posible este proyecto y otros, que unan a las familias y de un futuro a los jóvenes, donde la guerra está acabando con todo.

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