Piragüismo
¿Qué pasó con... Paco Leal?
Fiel al Círculo Mercantil, su club de siempre, este piragüista sevillano alcanzó el sueño de competir en unos Juegos Olímpicos en Seúl'88, cumbre de una carrera que abrocharía poco después para centrarse en su vida profesional
Ahora vela por la seguridad ciudadana como policía local, pero hubo un tiempo en que Paco Leal (1968) se dedicó en cuerpo y alma al piragüismo hasta su retirada del equipo nacional en 1991, siendo uno de los cuatro sevillanos en los Juegos de Seúl' ... 88 junto a Javier Álvarez, Fernando Fuentes y Paco Barea. Leal sigue subiéndose a la piragua a diario y tiene un hijo golfista, Gonzalo, formándose en Estados Unidos.
¿Llegó por causalidad al piragüismo?
Tuve la suerte de que mis padres eran socios del Círculo Mercantil, llegó un momento en que hubo que practicar un deporte más en serio y se planteó la opción del piragüismo. Todo salió de ahí. Realicé toda mi carrera en el Círculo, al cual agradezco todo el apoyo que me dio en su día.
Qué buena hornada de piragüistas sevillanos. A Seúl fueron cuatro.
Sí. Dos del Mercantil, uno del Labradores y otro del Club Náutico. Hubo una buena hornada, y el paso de los años ha demostrado que no era tan fácil aquello. Ahora van dos sevillanos a Tokio, pero juntar a cuatro es muy difícil porque el piragüismo es un deporte muy complicado, duro y un poquito ingrato si cabe. Tienes que entrenarte durante todo el año para jugarte todo en un minuto y medio o dos minutos. Y algunas veces, en cuarenta segundos.
Tuvieron de entrenador a Álvaro López Espejo.
Sí, fue una etapa muy bonita. Estaba muy pendiente de nosotros y, como tenía una larga experiencia, siempre nos daba buenos consejos para el piragüismo y la vida. Como si fuera un padre. Supo darnos un plus de competitividad. Aparte de entrenador era amigo.
No todo el mundo puede decir que con 20 años ha sido olímpico.
Yo era muy joven para el piragüismo. Me podrían haber quedado tres o cuatro Juegos más. En este momento, el piragüismo español está muy especializado. Antes estábamos mezclados: resistencia, velocidad... Ahora se está sacando una cantidad de medallas impresionante y ha sido gracias a esa especialización que veníamos reclamando desde hace mucho tiempo, pero claro, los entrenamientos de aquellos tiempos y la estructura de la Federación eran diferentes.
Usted era un piragüista versátil.
No tenías más remedio que ser versátil. Mi especialidad era la velocidad, los 500 metros, lo que pasa es que teníamos que hacer todas las distancias y más o menos nos defendíamos, pero donde yo me sentía bien era en las distancias cortas.
¿Guarda recuerdos de Seúl?
Muchos. No es que fuera una experiencia maravillosa, sino lo siguiente. Un sueño. Sufrimos mucho para llegar y fue un premio. Ha sido un hito en mi carrera deportiva que sigue subrayado con fluorescente. Todavía me sigue marcando, nos invitan a muchos actos y en el trabajo siempre hay compañeros que se alegran de tener al lado a alguien que ha estado en unos Juegos.
¿Y ahora es Paco Leal el piragüista o el padre de Gonzalo el golfista?
Yo sigo remando todos los días. Cuando dejé el piragüismo fui ocho años presidente de la Federación Andaluza y a la vez vicepresidente de la Española. Años de mucho trabajo. Tras esa etapa me dediqué a estar con la familia y fue ahí cuando surgió la afición de mi hijo.
¿Qué le ha transmitido a su hijo como deportista de élite?
Que tiene que trabajar muy duro si quiere conseguir éxitos. Trabajo, claro, con planificación y aplicando el sentido común, con una metodología, y sabiendo que el deporte de élite es exclusivo. Hay que dedicarse a entrenar, alimentarse bien, descansar y pensar en el siguiente entrenamiento.
¿Por qué el golf?
La idea era que no quería que sufriera lo que yo he sufrido con la piragua. En un deporte de élite siempre se sufre, pero si tienes la oportunidad de llegar a esos niveles, mejor en uno que te dé la posibilidad de vivir de ello. Con la piragua no se puede.
¿Continúa compitiendo en la actualidad?
Sí, a nivel nacional en veteranos. Hace un par de años competí como absoluto. Todavía me queda fuelle.
¿Con el Círculo Mercantil?
Sí, siempre. No he dejado de remar con el Círculo ningún año de mi vida.
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