Cómo maquillar los ojos a partir de los 40-50

Párpados caídos y arrugados suelen dificultar la tarea de sacar partido a la mirada con el maquillaje a partir de cierta edad

La mirada es uno de los puntos que más delata nuestra edad. Por eso llega un momento que el maquillaje de ojos debe cambiar por completo para adaptarse a las nuevas características del ojo maduro. Patas de gallo, párpados caídos y arrugados suelen ser los signos evidentes de la edad que aparecen en el contorno de los ojos y que dificultan la tarea de sacar partido a la mirada con el maquillaje.

No hay una edad determinada en la que debamos cambiar la forma de maquillar nuestros ojos, porque en algunas mujeres los signos del envejecimiento aparecen antes que en otras, siempre dependiendo de la genética, los cuidados que sigamos y el estilo de vida que llevemos. Pero cuando la forma del ojo cae de forma evidente o los párpados presentan arrugas en las que se acumula la sombra, significa que ha llegado el momento de cambiar la forma en la que nos maquillamos los ojos.

Para las que se encuentren en ese momento, aquí recopilamos las claves para sacar partido a la mirada de manera acertada y favorecedora en un rostro maduro.

Correcciones de ojos con arrugas

Para disimular las bolsas de los ojos, lo mejor es aplicar la base de maquillaje en toda esta área y, una vez hecho esto, cubrir la línea más marcada con un poco de corrector, difuminando bien con la yema de los dedos. Es importante hacer hincapié en que el corrector debe cubrir solo la línea que marca la bolsa y no la bolsa en sí, ya que de lo contrario no haríamos más que hacerla más llamativa.

Para sellar el acabado y que el producto no se mueva de su sitio es recomendable aplicar un toque de polvos traslúcidos en la zona de la ojera, asegurándonos de que descargamos bien la brocha para no saturar la zona.

Sombras de ojos a partir de los 40

Las sombras de ojos son parte esencial de cualquier «look» y pueden marcar la diferencia en el caso de un maquillaje de ojos con arrugas.

¿Qué colores elegir?

En ojos con arrugas y líneas de expresión lo más acertado es apostar por sombras de ojos en colores naturales (rosas, nude, marrones, teja, tierra, cobrizos, grises…). Cuanto más encendidas sean las sombras en cuanto a tonalidad más corremos el peligro de que el ojos acabe manchándose con un acabado poco favorecedor. Así que lo mejor será dejar este tipo de tonalidades a los profesionales si queremos algún «look» especial.

¿Cuáles son los acabados más apropiados?

Las sombras de ojos con brillo tienden a resaltar las arrugas de los ojos, por lo que en rostros maduros será mejor apostar por tonos mate y limitar los efectos al juego de claros y oscuros. Eso sí, podemos usar un tono nacarado para iluminar bajo la ceja, poniendo cuidado de no invadir el párpado, porque podríamos resaltar su apariencia caída.

Igualmente, las sombras cremosas no suelen ser una buena idea ya que con el paso de las horas tienden a acumularse en las arrugas de los párpados, dejando un acabado bastante antiestético.

¿De qué forma las aplicamos?

La forma en la que aplicamos las sombras de ojos también debe cambiar cuando estos comienzan a presentar signos de la edad. Especialmente cuando el pliegue comienza a caer sobre el párpado superior y se acentúa la tendencia descendente del ojo. Lo ideal es disimular esa línea descendente aplicando sobre la «V» externa las sombras oscuras (en tonos marrones o grises) con una trayectoria ascendente que permita «levantar» el ojo visualmente. La clave está en difuminar bien y realizar una transición hacia los tonos más claros (beige) que se concentrarán en la mitad interna del párpado superior.

Los ahumados son también una excelente opción sobre todo para las ocasiones especiales ya que permiten jugar con la profundidad y agrandar o rasgar más la mirada. Pueden realizarse tanto en tonos tierra como en negro si queremos intensificar más el acabado.

Delineado de ojos con arrugas

El delineado del párpado superior se convierte en todo un reto para las personas con ojos caídos o encapotados, ya sea por genética o por edad. Porque llega un momento en el que se dan cuenta de que el «eyeliner» se desdibuja al dejar de estirar el párpado porque este cae hacia el lagrimal, creando un acabado muy antiestético.

Y es que en los ojos con párpado encapotados no es posible realizar el clásico delineado de ojo de gato en sentido ascendente. En su lugar, los profesionales utilizan una técnica que recibe el nombre de «punta de flecha», puesto que es la forma que tiene el rabillo que se dibuja en este caso. Consiste en dibujar una especie de flecha en el rabillo del delineado evitando engrosar el resto para que el «eyeliner» se vea favorecedor tanto con el ojo abierto como cerrado.

Prescindir del «eyeliner»

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Como se trata de una técnica que requiere de cierta práctica hasta adquirir destreza, lo que recomendamos en caso de que el pliegue del párpado dificulte realizar un delineado tradicional es prescindir del «eyeliner» y optar por versiones más ligeras. Por ejemplo, delineando con lápiz entre las pestañas superiores sin dibujar rabillo y difuminando ligeramente con un bastoncillo de algodón. Para una mayor definición del ojo, podemos completar el delineado con un «tightlining» por la línea de agua del párpado superior.

Lo que sí resulta aconsejable a la hora de delinear ojos maduros es evitar los delineadores líquidos y optar por lápices o incluso sombras que se puedan trabajar para conseguir un acabado más natural.

La importancia de las pestañas

Rizar y marcar las pestañas nos ayudará a definir la mirada y abrir el ojo. Es importante incidir en la base de las pestañas para que se abran todo lo posible, poniendo énfasis en la «V» externa para compensar la tendencia lánguida del ojo maduro. Lo ideal es aplicar el rímel en zigzag y repasar las pestañas si es necesario con un peine para eliminar grumos.

Unas cejas que rejuvenecen

Unas cejas bien definidas ayudan siempre a rejuvenecer la mirada. Dependiendo del caso, es posible que con el paso de los años hayan perdido densidad, con lo que será recomendable rellenar y dar forma, siempre evitando los diseños redondeados que marcan la tendencia descendente de la mirada madura.

Así, si es necesario, compensaremos rellenando bajo la primera mitad de la ceja para crear una apariencia más relajada y favorecedora. Para ello, es importante elegir un color de lápiz o sombra de cejas que esté dos tonos por debajo de nuestro color de cabello natural. Además, será necesario peinar la ceja y fijar el acabado con algún producto específico para que sea duradero.

Para levantar la mirada y terminar con la ceja, aplicaremos un toque de iluminador o sombra clara bajo la mitad final, procurando no llegar al párpado.