¿Quién no ha pensado alguna vez en cómo le quedaría el flequillo? Esto es lo que debemos valorar antes de pasar por la tijera en la peluquería
El flequillo nunca deja de estar de moda. Tan solo vamos oscilando entre estilos que marcan tendencia durante ciertas temporadas, pero está claro que siempre será una opción válida para quienes busquen un cambio de «look». Ahora es el momento del flequillo lateral tipo «swoop», del de cortina, así como los de tipo afrancesado (ligeros y desenfadados). Pero eso no significa que no debamos apostar por uno largo y recto o uno corto si es lo que nos favorece y encaja con nuestro estilo.
¿Quién no ha pensado alguna vez en cortarse el flequillo? Sea cual sea el estilo del que hablemos, merece la pena hacer cierta reflexión antes de pasar por la tijera porque, sobre todo con ciertos tipos, ya no habrá vuelta atrás y tendremos que convivir con ello durante meses. Esto es lo que tenemos que valorar.
La forma de la cara influye
Más allá de decantarnos por uno u otro estilo de flequillo en función de las tendencias o la inspiración de famosas e «influencers», debemos tener en cuenta la forma de nuestro rostro para dar con el que más nos favorece antes de lanzarnos. Detalles como el ancho y largo de la frente, la forma del mentón o la mandíbula, determinarán el estilo de flequillo más adecuado para compensar los rasgos.
Así, si tenemos la cara más bien redonda, podemos optar por un flequillo asimétrico que introduzca un ángulo en la cara que endurezca ligeramente los rasgos. El mismo efecto tendrá un flequillo de cortina, abierto por el centro. También se puede optar por un flequillo recto que tenga continuidad en el desfilado de los mechones delanteros.
Por el contrario, las caras cuadradas, que se caracterizan por mandíbulas y frentes marcadas pueden copensar esos rasgos con flequillos con los lados redondeados hacia abajo. También favorecen a esta forma de rostro los flequillos de cortina, abiertos en el medio de la frente, ya que combian la apariencia de esta. Asimismo, podemos optar en estos casos por un flequillo ladeado, que causará la misma impresión.
Si hablamos de un rostro con forma de corazón, es decir, la parte superior más prominente que la inferior, la clave estará en reducir las dimensiones de la frente para compensar. Así, bastará un flequillo abierto o uno completo pero ligero (que deja traslucir la frente) para lograr un «look» favorecedor.
Las caras alargadas se caracterizan por una marcada verticalidad, por lo que los flequillos son ideales para compensar en estos casos, recortando esa distancia. Los flequillos largos y con textura, bien tupidos o más ligeros conseguirán aportar volumen en la zona de la frente para acortar longitudinalmente.
En el caso de las caras ovaladas, al tratarse de las más versátiles, nos permiten jugar más con los diferentes tipos de flequillo en función de nuestras preferencias. Tanto rectos, como con las puntas redondeadas, abiertos, ladeados, largos y espesos o más ligeros, este tipo de caras pueden permitirse jugar con las tendencias.
Los tipos de flequillo
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Detrás del envidiado flequillo de una celebridad hay mucha ciencia y no menos análisis previo. No consiste en seleccionar el mechón de cabello y cortar por lo sano. Antes tenemos que meditar sobre cómo queremos que sea el estilo de ese flequillo:
– Tupido o traslúcido: dependiendo del acabado que queramos, podemos destinar más o menos cantidad de cabello al flequillo. Por ejemplo, los flequillos afrancesados, cortos o largos, son más ligeros y desenfadados porque dejan entrever la frente.
– Abierto o cerrado: si bien el concepto tradicional de flequillo implica cubrir toda la frente con el cabello, hoy en día la tendencia es el flequillo abierto, ya sea por el centro de la frente (cortina) o por un lado («swoop»). Es una opción idónea tanto para las que se cortan el flequillo por primera vez y no quieren comprometerse por muchos meses, como para las que lo están dejando atrás esperando a que crezca. Además, es uno de los más versátiles, que sienta bien a casi cualquiera.
– Simétrico o ladeado: el flequillo que elijamos no tiene por qué ser simétrico, tanto si optamos por un estilo totalmente biselado como si escogemos uno desenfadado y ligero que se abra a un lado de la frente.
– Cuadrado o redondeado: en función de nuestras facciones, será más favorecedor un corte de flequillo recto o uno con los extremos redondeados hacia arriba o abajo. Al margen de la forma, podemos despuntar el acabado para obtener un resultado más natural y suave.
– Corto o largo: los flequillos largos que ocultan las cejas enmarcan y resaltan más la mirada. Los que son más cortos confieren gran personalidad y un estilo innovador y un tanto retro.
– Recto o despuntado: también podemos jugar con el acabado del flequillo dando el tratamiento que queramos a las puntas. Recto y pulido o despuntando con la tijera en vertical para una mayor naturalidad.
El tipo de pelo es importante
Aparte de la forma de la cara y las preferencias de estilo, es importante valorar el tipo de cabello antes de decantarse por una forma u otra de flequillo. La razón es que este factor puede resultar determinante en el resultado final. Por un lado, podemos optar por un flequillo largo si contamos con una melena generosa y con cuerpo. Si por el contrario tenemos el pelo fino y no demasiada cantidad, acortar el largo del flequillo nos permitirá darle más cuerpo y volumen.
Por otro lado, la textura de pelo condiciona el acabado del flequillo cuando el cabello se seca. De este modo, si tenemos el cabello ondulado, lo más adecuado será escoger un tipo de flequillo de aire desenfadado. Los flequillos pulidos solo obtienen buen acabado en cabellos lisos.
Hay que valorar el tipo de piel
Seguramente muchas hayan obviado este detalle a la hora de cortarse el flequillo, pero no es una cuestión menor, ya que tiene que influye tanto en la comodidad del peinado como en la apariencia final.
En primer lugar, debemos pensar en algo tan sencillo como si tenemos arrugas. Las de la frente se pueden ocultar o disimular con un flequillo completo que las cubra. No es necesario que sea tupido, basta con un flequillo ligero y traslúcido, ya que el efecto será rejuvenecedor igualmente. Si lo que llama más la atención son las arrugas del contorno del ojo, sobre todo las patas de gallo, podemos optar por un flequillo de cortina que se apoye en esta zona y minimice el impacto visual de estas marcas de expresión.
Otro factor importante relacionado con la piel es el tipo de cutis. Los mixtos y grasos a veces no son los más adecuados para lucir flequillo ya que este se engrasa al apoyar sobre la piel y viceversa. Especialmente en el caso de las pieles con tendencia al acné, el flequillo no es muy recomendable, ya que suele provocar brotes.
Saber peinarlo, esencial
Una cosa es salir de la peluquería encantadas con nuestro nuevo flequillo y otra, conseguir el mismo resultado tras el lavado. Si para ello necesitamos pasar un buen rato ante el espejo secador en mano trabajando la forma con el cepillo redondo, debemos pensar en si nos compensa y si realmente podemos dedicar ese tiempo al flequillo cada vez que lo lavamos.
Así, es recomendable elegir un tipo de flequillo que encaje bien con nuestro tipo de pelo (liso, rizado, ondulado, encrespado, lacio, etc.) para que su cuidado habitual encaje bien en nuestra rutina diaria sin trastornarla.
El mantenimiento
Al igual que unas mechas o un tinte requieren unas visitas más o menos periódicas a la peluquería, el flequillo también, sobre todo si queremos seguir luciéndolo. Así, antes de decidirnos hemos de tener en cuenta estas visitas tanto para cortar el largo y que no nos moleste, como para mantener la forma.
Muchas creen que cortar un flequillo es algo fácil y optar por realizar el mantenimiento ellas mismas en casa. Pero ni es fácil que quede como estaba ni es aconsejable. Lo más fácil si no tenemos experiencia es que nos quede demasiado corto o con una forma que nada tiene que ver con la original. Si aún así alguien se lo plantea, aquí van algunos consejos para que la cosa no acabe en desastre.
Foto principal: @marina_estacio
